Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2018 – Día 7: Una Vuelta sin monotonía

No hay día en la Vuelta sin algo importante. Hoy se anunciaba etapa plana con un premio de montaña de tercera categoría a 13 kilómetros del final que podría ser determinante. Lo fue. Era más duro de lo anunciado y la carretera era más estrecha y más descuidada de lo esperado. En el puerto de Ceal, y en los repechos siguientes, se neutralizó la fuga del día, hubo varias caídas, pinchó Nairo, se quedó Kwiatowski, se lanzaron varios ataques y se resolvió la etapa. Ciclismo en estado puro. Por lo acontecido hasta hoy, a esta altura ya muchos celebran haber pasado una semana sin percances.

El ascenso fue exigente y el descenso peligroso. Empezando la subida, una caída en la parte delantera del grupo puso nervioso al lote. Después, todo fue noticia. Nairo Quintana sufrió un pinchazo y de inmediato recibió el auxilio del ecuatoriano Richard Carapaz que le cedió su bicicleta. En el descenso la carretera estaba muy parchada y llena de pequeñas piedras. El polaco Kwiatkowski se cayó con varios compañeros del Sky y cedió 25 valiosos segundos frente a sus rivales de la general. El Movistar tomó las riendas del grupo para proteger a Nairo y a Valverde, atacó con el colombiano y remató con el espeañol, que sacó de renta dos segundos en el esprint y 4 en la llegada a la localidad de Pozo Alcón.

La carrera terminó con mucha intensidad. Los españoles Lluis Mas y Jesús Herrada intentaron de a uno ganar de largo y los neutralizaron. Luego, a 2 kilómetros de la meta, contraatacó el francés Tony Gallopin, midió mejor la distancia, y a él no pudieron controlarlo.  Se robó todos los titulares. El francés ganó con solo cinco segundos sobre el grupo que encabezaron Peter Sagan y Alejandro Valverde. La novedad del primer hombre del Sky movió la general. El líder por tercer día consecutivo es el francés Rudy Molard, que ahora ve acercarse a Alejandro Valverde a 47 segundos. Gallopin ganó la etapa y subió al quinto lugar, a 59 segundos del líder. La Vuelta está abierta en posibilidades, pues entre el primero y el quinto hay un minuto, y entre el sexto y el décimosexto, 40 segundos más.

Hoy todos piensan en la estación de esquí bejarana de La Covatilla, en la que terminará la etapa del domingo, con premio de montaña fuera de categoría. Para llegar allá deberán sortear primero los 195 kilómetros de mañana. Una etapa plana con un solo puerto de tercera categoría antes de la mitad del recorrido y con un final que pica para arriba en los kilómetros finales.  Para completar el cuadro, se espera la temperatura más alta de toda la semana. Aparentemente para esprinters, aunque no se descarta alguna sorpresa; alguna noticia que rompa la tradición en este tipo de etapas de esperar hasta los últimos 200 metros para ver lo importante. La Vuelta no conoce la monotonía.

 

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