Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Giro 2019 – Día 9: La esperada victoria de Roglic en San Marino

En el quinto estado más pequeño del mundo se marcaron hoy grandes diferencias entre los favoritos a ganar el Giro. La capital de San Marino recibió con un diluvio a los 163 sobreviventes de la carrera, en la única etapa de la edición 102 que cruza las fronteras. La etapa 9, antes del día de descanso, tenía 34,8 kilómetros en un ejercicio individual contra el cronómetro  que se inició en el balneario de Riccione, a orillas del Adriático.

Las murallas de San Marino congelaron el tiempo en la edad media y guardaron la historia en museos. En su adoquinada vía principal, hoy el secreto de la carrera consistía en ganar el máximo o perder el mínimo de tiempo. Cada quien tenía guardada su propia tabla. No se trataba de una cronoescalada pura, pero tampoco era una contrarreloj llana.  Los primeros 22 kilómetros parecían planos, pero tenían un constante ascenso suave. Los 12 finales parecían una subida fuerte, pero había varios tramos de descenso y muchos sectores suaves. Se salía de una cicloruta estrecha y se llegaba a un viejo y húmedo adoquín. Era un día crucial para la lucha por la camiseta rosa.

Como se esperaba, ganó Primoz Roglic, un especialista montando sobre la llamada «cabra». Otro especialista, Victor Capenaerts fue segundo. Como estaba previsto, se revolcó la clasificación general.  Como muchos creían que iba a ocurrir, Bauke Mollema y Vincenzo Nibali tuvieron un gran desempeño. Y como nadie lo calculaba, algunos de los capos de escuadra como Simon Yates y Miguel Ángel López cedieron minutos valiosos.

En la segunda torre del Castillo de La Cesta, en lo más alto del Monte Titano en San Marino, está abierto al público el museo de armas antiguas. A su lado hay una pinacoteca del siglo XVI. La pintura del Giro hoy muestra a Valerio Conti aferrado a la camiseta de líder pero a Primoz Roglic en el segundo lugar como el referente real entre los favoritos a ganar la carrera. Sus rivales, algunos maltrechos por las pérdidas de la primera semana, aprovecharán el día de descanso para revisar sus arsenales, para escoger sus armas y para diseñar estrategias de ataque. Seguramente se correrá «a la antigua», atacando de lejos.

Hoy Roglic hizo bien la tarea, pero no ha dado aún el golpe de estado. Ganó las dos cronos de la primera semana y marcó diferencias importantísimas. No se puede afirmar que sean definitivas. Al Giro le faltan dos semanas. Hasta el jueves no se sube al primer puerto de montaña de primera categoría. El Piamonte y las Dolomitas están en el camino. Los grandes puertos esperan cubiertos de nieve y con un frío que puede congelar las piernas y las ilusiones de muchos. El Giro termina en Verona, no en San Marino.

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