Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Giro 2019 – Día 21: Carapaz enloqueció a Ecuador de amor por el ciclismo

El ecuatoriano Richard Carapaz no solo consiguió hoy el título del Giro de Italia, también conquistó el «amore infinito» de los aficionados al ciclismo. Sobre la bicicleta fue el mejor. Consiguió su primer título en una grande. Le dio la primera victoria a Ecuador en la carrera italiana. Momento histórico. Se puso la camiseta rosa de líder al término de la etapa 14 y la defendió hasta la contrarreloj de hoy en Verona.  Fue campeón gracias a su perfecta lectura de carrera y a su gran talento como escalador. Pero también enamoró. Lo hizo con su sencillez, con su humildad, con su historia de vida, con sus dos hijos, con su madre campesina esperándolo en el podio y con sus lágrimas  de campeón.

La romántica Verona, la de los amantes desventurados, recibió la última jornada del Giro. En esta ocasión se usaron 17 kilómetros del circuito Torricelle, el mismo de los campeonatos del mundo de ciclismo de 1999 y del 2004.  Esta vez no había paseo de la victoria para fotos y brindis, como han estilado las grandes carreras en los últimos años. Lo de hoy fue una etapa contrarreloj, con una subida de 4 kilómetros y su respectivo descenso en la mitad del recorrido, y con llegada en un tapete rojo que entraba a la coqueta Arena Verona con sus fascinantes murallas del siglo I.  En el antiguo anfiteatro, convertido hoy en sala de conciertos, se llevó a cabo la última batalla.  No hubo dramas mayores. Lo único seductor fue la lucha por el tercer cajón del  podio que perdió Mikel Landa con Primoz Roglic por escasos 8 segundos.

William Shakespeare en su obra puso a llorar de tristeza a Romeo por la supuesta muerte de su amada y luego a Julieta por el suicidio de Romeo. Ambos terminaron muertos. La última crono del Giro también sacó lágrimas. Lloró de felicidad el estadounidense Chad Haga, cuando se oficializó que era el ganador de la etapa. Las cicatrices en su cara le marcan un duro recuerdo del accidente en el 2016 cuando casi fallece atropellado cuando entrenaba con su equipo. También lloró Carapaz, el vencedor del Giro. No lo hizo cuando entró primero a Frascati y Courmayeur este año, ni cuando ganó la etapa en en santuario de Montevergine en 2018. Sus lágrimas rodaron cuando recibió el Trofeo Senza Fine, la hermosa espiral en la que ya quedó envuelto su nombre para la eternidad.

Hoy no hubo tiempo para pasar por el balcón de la casa de Julieta, por el que entró Romeo para consumar su amor. El palacio señorial de origen medieval ya fue convertido en museo  y el balcón sirve de fondo a miles de fotos de enamorados que viajan a Verona para buscar evidencias de esa mezcla de realidad y fantasía a la que le dio vida «el bardo de Avon».  A partir de hoy, Richard Carapaz tendrá que sacar tiempo para los múltiples homenajes y celebraciones en su patria. Entró al podio de los grandes logros del deporte de su país en toda su historia. Las dos medallas olímpicas del marchista  Jefferson Pérez, el título en Roland Garros de Andrés Gómez y el Giro de Carapaz. Seguramente el presidente Lenin Moreno lo recibirá en su balcón de Quito.

Carapaz, Nibai y Roglic conformaron el podio. La rosa fue para el ecuatoriano. La maglia ciclamino de la clasificación por puntos la ganó Pascal Ackermann, primer alemán en conseguirla. Giulio Ciccone ganó la azul de la montaña. Miguel Ángel López repitió como campeón de los jóvenes. El Giro nos dejó enamorados. Castillos, santuarios, murallas, nieve, bosques y siglos de historia. En el ciclismo, una carrera abierta, sin monólogos. Con amore infinito cerramos la página Giro y le coqueteamos al Tour.

P.D. Gracias por leer, compartir y comentar.

 

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