Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Fernando Gaviria es terrenal, pero es de los mejores

Hace ocho días, cuando el italiano Alessandro Petacchi afirmó que Fernando Gaviria era el nuevo Peter Sagan la mirada de muchos en el mundo sobre el velocista nacido en La Ceja del Tambo cambió. En Colombia ya habíamos dicho en distintos tonos que Fernando es un fuera de serie en su especialidad, e incluso en medio del folclor con el que miramos y calificamos a veces ya alguien se había gastado el calificativo y a la vez lugar común de decir que Gaviria era de otro planeta.

Esta vez, la comparación la hizo uno de los granes sprinters de la historia, que con conocimiento el oficio puso al colombiano de 22 años de edad y solo 12 victorias de etapa hasta ese momento en carreras del calendario UCI al nivel del mejor ciclista del mundo del año pasado, que fácilmente podría ser calificado como el ciclista de la década. ¿Exagerado Petacchi? No. Exagerado el que dijo que era de otro planeta.

Hay que tener claro que Gaviria es terrenal. No hay que sobredimensionar lo que hace, que obviamente admite elogios y adjetivos pero no exageraciones desmedidas. Es un ciclista muy joven. No es el mejor sprinter del mundo, pero va en ese camino. “Siempe quiero ganar y quiero ser el mejor”, afirma en cada entrevista. Lo tiene claro. Todavía no ha salido a “darse madera” con los mejores sprinters en las tres grandes carreras del calendario, lo hará este año. Sus números son muy cortos comparados con los de Sagan… Va en camino a ser un grande, pero ante el eslovaco es un pedalista que está empezando, aunque ya lo derrotó una vez. Con todo y esto, las 48 victorias de etapa de Petacchi y la consecución de la camiseta de la clasificación por puntos en las tres grandes carreras del mundo avalan su comparación.

En el 2015, corriendo con la camiseta nacional y con solo 20 años de edad, Gaviria sorprendió al mundo cuando en la primera etapa del Tour de San Luis le ganó al sprint a Marc Cavendish y a Sacha Modolo. Dos días después les repitió la dosis. La doble victoria sobre el británico aceleró la llegada de Gaviria al Etixx, que ya se había fijado en el por sus actuaciones en la pista. Ese mismo año ganó una etapa en la Vuelta a República Checa y otra en el Tour de Gran Bretaña, en la que superó a Greipel y a Boasson Hegen.

El año pasado el colombiano le ganó a Sagan en el Tour de San Luis, en un embalaje donde entraron también Viviani y Mareczko. Gano una etapa en el Tour de La Provece y le cedió otra a su compañero de equipo David Martinelli. Sumó una victoria en la Tirreno Adriático, en la que superó en la raya a Caleb Ewan, Sagan, Nizzolo y a Nicholas Arnd, entre otros. Además, ganó dos etapas en la Vuelta a Polonia por encima de Sbaragli, Bataglin y Boy Van Poppel, y ganó en la París Tours por delante de Démare y Van Grenechten.

Este año, que será el de su consagración, pues estará inicialmente en al menos en una de las tres grandes carreras, ya suma 3 victorias: dos en San Juan y la de ayer en el Algarve, que es quizás la más importante de su carrera si se miran los rivales que lo escoltaron en la meta: Greipel, Bouhanni, Groenwegen y Degenkolb.

En resumen se puede decir que Gaviria ya le ha ganado a todos los grandes sprinters del mundo; menos a Marcel Kittel, que es su compañero de equipo. Ya tiene un nombre que suena a nivel mundial. Ya se ganó un lugar en una especialidad históricamente ajena para los colombianos y reservada para alemanes, australianos, belgas, británicos e italianos. Ahora tiene una oportunidad de lujo para entrar a la historia: el Giro del Centenario donde se los encontrará a todos ávidos de victorias. Es terrenal, es un gran velocista y es colombiano… es un fenómeno del ciclismo nunca antes visto en estas tierras de escaladores. Guardemos adjetivos porque los vamos a necesitar.

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