Retratos de ciudad

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La calle torcida

 

Calle torcida

 En los cuentos infantiles, dice Benjamin, a veces hay un callejón oscuro donde al final se esconde una tienda con tentaciones y peligros. La de él, en la Berlín de principios del siglo XX, era la calle torcida, Krumme Strasse, que aún hoy existe bajo el mismo nombre. Allí él iba de niño a una papelería oculta tras puestos de ropavejeros. Entre los cuadernos Nick Carter, que fingía revisar, Benjamin buscaba libros escabrosos y folletos que ilustraban actos deshonestos y, por supuesto, atractivos.

Krumme 1

Algunos años después, mayor y escapando de su madre, caminaba por las calles del oeste de Berlín, hoy borradas por el bombardeo aliado, y donde veía a las muchachas desfilar y gritarle piropos para atraerlo a sus brazos. Él huía, tartamudeando una excusa, para volver de mañana, débil y vencido por la caminata insomne, a entregarse entre los portales.

Bogotá está llena de calles torcidas, ¿cuál es la suya?

PS. Vea la foto de esta semana en alta resolución aquí.

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