Parsimonia

Publicado el Jarne

Mantelo prendido, no lo dejes apagar

La guerra, el conflicto armado, es un statu quo que no conviene alterar. A los militares les permite seguir justificando su tamaño y poder, a las empresas de seguridad mantener sus servicios por el miedo de la gente, a los políticos les da la capacidad de blandir un discurso antinsurgente y dejar a un lado los graves problemas del país y a la guerrilla le permite seguir apareciendo como un actor central del conflicto sin tener que medirse en las urnas ni hacer política de igual a igual. Por eso muchos piensan y gritan: ¡Mantenlo prendido, no lo dejes apagar!

Había oído muchas historias, pero al final me decidí. Comencé a seguir en Twitter al ex presidente Uribe y a Óscar Iván Zuluaga, el candidato presidencial del uribismo y que se jugara la presidencia de Colombia en segunda vuelta con Juan Manuel Santos. Todo el día andan denunciando los ataques y atentados que ocurren con una mucha virulencia. Todo cabe en el Twitter de Uribe: la venta de Colombia al castrochavismo, los incidentes armados, los presuntos fraudes en las elecciones. Cualquier cosa que vaya en contra de Santos.

La verdad es que esta actitud me recordó a un político español: Mayor Oreja. Oreja fue ministro de Interior durante la primera legislatura de Aznar y después se presentó en el 2001 a las elecciones en el País Vasco. Durante los 90 y principios del 00, ETA comenzó a matar políticos, periodistas y cualquiera que se moviera en su contra. A Mayor Oreja le tocó todo aquel tiempo hacer política en unas condiciones muy jodidas. Aunque al final perdió las elecciones y la alianza con el PSOE fue un fracaso porque no llegaron a tener mayoría de gobierno, ganó una fama de duro entre los votantes que conservó mucho tiempo.

Cuando el PSOE de Zapatero negoció con ETA, Mayor Oreja fue una de las personas del Partido Popular -conservadores- que denunció con más ahínco aquellas conversaciones. Todo el PP fue una piña y fue uno de los caballos de batalla de aquella legislatura (2004-2008) donde la crispación llegó a unos límites insoportables. La cosa cambió cuando el proceso descarriló por una bomba que puso ETA en el parking de la Terminal 4 del aeropuerto Barajas.

Aunque todas las relaciones entre ETA y el gobierno socialista se habían terminado y ya el PSOE colaboraba con el PP, Oreja seguraba que el PSOE seguía negociando con ETA. Ante este giro del PP, un sector de las víctimas y del PP denunció el acercamiento a los socialistas y la falta de combatividad frente al PSOE y ETA, que según su discurso, venían a ser lo mismo. Incluso cuando ETA anunció que dejaba las armas en 2011, Mayor Oreja seguía repitiendo la misma cantinela de forma machacona.

Y es que Mayor Oreja tenía también intereses en una empresa privada de seguridad que proporcionaba escolta a políticos y concejales amenazados por ETA. Gente de su propio partido ha insinuado que podría haber una relación entre estos intereses y su posición sobre el terrorismo. Como recoge María Antonia Iglesias en su libro Memoria de Euskadi, sus propios compañeros del País Vasco le atacaban por seguir teniendo el mismo discurso.

Con esto no quiero decir que Uribe le guste la guerra y tenga intereses. Para nada. Creo que es un hombre que no cree en la solución dialogada del conflicto y cuando lo argumenta, lo puedo entender, pero no compartir. Eso sí, también creo que hay mucha gente que está en su órbita le gusta el statu quo actual y no quieren que cambien mucho las cosas. Son intereses creados a los que llena de incertidumbre las negociaciones de La Habana.

Por supuesto, el terrorismo también le reportó beneficios a ETA y a su brazo político. En el País Vasco, se convirtió en el asunto central y condicionó de una manera muy fuerte la política española. Fue capaz de paralizar proyectos como la construcción de la central nuclear de Lemoiz o el trazado de la autopista de Leizarán. ETA y su brazo politico, la Izquierda Abertzale, eran unos señores a los que había que tener en cuenta cuando se tocaban ciertas cosas.Vamos, algo muy parecido a lo que ocurrió hace años con el ELN y la construcción del oleoducto del Caño Limón-Coveñas.

Lo peor es que manchó y permitió la criminalización de cualquier protesta de la gente que simplemente estaba en contra, aunque es verdad que se apuntó el tanto la Izquierda Abertzale porque eran proyectos con mucha oposición popular. Y debido algunas de esas acciones y las deficientes investigaciones de la Policía, surgieron algunos casos en los que se criminalizó a colectivos que no tenían nada que ver con ETA y se oponían a la política del gobierno. Sin ser tan grave, algo muy parecido a lo que pasó en Colombia con asociaciones campesinas, colectivos o partidos como la Unión Patriótica.

Espero que esté fuego seamos capaces de apagarlo, no a cualquier precio porque no se puede permitir la impunidad, pero que se acabe ya. Y que las cosas se discutan, se debatan y se hagan como en cualquier país. Que es pedir, pero tampoco es mucho pedir.

 https://www.youtube.com/watch?v=Td1hajshtGA

En Twitter: @Jarnavic

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