Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Ursula Shipton y un regalo de brujas

Por casualidad, y justo en el Día de las brujas, encuentro las profecías de Ursula Shipton, escritas alrededor de 1550, mucho más claras y precisas que las de Nostradamus, pero también mucho menos conocida.


Como el día lo amerita, les dejo esta inquietud histórica y real, que se me antoja por lo menos demencial y hermosamente descabellada para su época, pero en estos días poco menos que asombrosa.

Madre Shipton

INTERNET Y EL CINE

Da mucho para pensar esta mujer. Que en su época de reyes y batallas cruentas escribiera, a partir de lo poco con que podía compararlo en Inglaterra, que «los carruajes andarán sin caballos (¿Autos?), la gente verá pinturas móviles (¿Cine?), los pensamientos volarán alrededor de la tierra en un pestañeo (internet), largos túneles serán hechos para máquinas sin caballos, el hombre podrá volar por el aire y circular bajo el mar, hasta los pobres leerán libros y habrá muchos impuestos para la guerra», debió dar para que todos la consideran loca, muy loca de remate.

LAS MUJERES DE HOY

Y más cuando luego afirma: «Las mujeres adoptarán el deseo de vestir como hombres, cortarán sus cabellos, se sentarán a horcajadas como las brujas de nuestro tiempo, el amor cesará, no se casarán y disminuirán los pueblos al disminuir los hijos», debió ser considerada material perfecto para la hoguera. Y una demente.

LOS TIEMPOS DE LA SED

Pero además habla de los judíos y su expansión por el mundo, del poder que ganarán los chinos -y que en 1641, cuando por fin fue publicada 80 años después de su muerte, debió verse como un chiste absurdo-, de las Guerras Mundiales que ya se dieron, de la invención de la imprenta, y de mucho más, pero en especial de algo que me dejó de una sola pieza porque casi está descrito igual en el libro ‘La sed’, cuando dice:

Los seres humanos «Poco a poco serán acorralados en búsqueda de escasas fuentes de agua, y los hombres morirán de sed antes que los océanos monten las playas».

De que las hay las hay. Y esta, para no hacerlo muy largo y dejar que quien quiera investigar lo haga por su cuenta, nació en la población de Knaresborough, Yorkshire, un lugar que la venera y que convirtió en atracción turística la cueva en la que vivió.

Úrsula se casó con un carpintero y realizó predicciones toda su vida, pero por ser mujer le creyeron menos que a Nostradamus y varios videntes de la época se negaron a verla o a conocerla por su género.

Igual, acertó y volvió a acertar y siguió acertando después de muerta hasta que le prestaron atención, como cuando predijo lo que parecía imposible: que se disolvería la Iglesia Católica en tiempos de Enrique VIII, o que caería el cardenal Thomas Wolsey, algo insólito para el momento que vivía Inglaterra entonces, en el que este prelado era considerado un segundo rey en la época. También predijo el ascenso de la reina Isabel I al trono, la llegada de la plaga a Londres en 1665, la derrota de la Armada española y la llegada al trono inglés de la reina Victoria, entre decenas de otras cosas. Claro, ella va más allá y predice catástrofes y guerras futuras, pero no es el caso en un día de estos. Además, ¿quién le creería? Nadie les cree a los locos hasta que el mundo entiende que no lo eran.

Insisto: de que las hay las hay.

Feliz Día de las brujas.

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