Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Cuidado con los cursos de inglés que se aprovechan de su necesidad

Todos los centros de idioma nacen de la necesidad de los usuarios de aprender una segunda lengua. Y de la necesidad nacen también todos los abusos.

En un país como el nuestro, cuyos empleadores en casi todas las empresas exigen como condición laboral saber el inglés, y ante la deficiente oferta que ofrecen los colegios y muchas universidades, los ciudadanos sienten que no se han realizado profesionalmente si no saben la lengua anglosajona. Y pagan más por aprenderla. La premisa de que «saber inglés es vital» la derrumban la mayoría de los trabajadores corrientes de este país, quienes en su  trabajo cotidiano rara vez lo usan. No es que sobre aprenderlo. Por el contrario. Pero la exigencia laboral pocas veces se ve compensada con un uso frecuente del idioma. Es más, casi nadie lo usa nunca, salvo en cargos específicos. Y muchos, con las herramientas de traducción, superan la barrera del idioma.

Sin embargo, aprender cualquier otra lengua sigue siendo un reto, un placer y una forma de acercarse a los demás. Pero como en nuestro país no se ofrece como un reto ni un placer, sino como una necesidad, ahí aparecen los avivatos. A aprovecharse de su desespero.

Ojo:  hay academias que operan en Colombia con un andamiaje de leyes y de especificaciones en letra pequeña que pueden terminar esquilmando a los usuarios. Esta es una serie de pequeñas advertencias para no caer en ellos.

* Si le ofrecen un curso con un paquete completo, en el que usted paga un millón y tantos o más pesos más para tener en sus manos la posibilidad de aprender el mejor inglés del mundo, dúdelo. Nada nunca es tan bueno. Y menos si le piden comprar el curso por adelantado, en el que supuestamente tendrá todas las herramientas para aprender. Lo ideal siempre será tomar un curso por un mes o dos, y evaluar si se siente cómodo con el lugar, con las instalaciones, con el profesorado, si la educación es de verdadera calidad y si usted siente que el método va con su estilo de vida y con sus horarios. Siempre evalúe primero antes de invertir para siempre en algo que después no usará.

* Cuidado:  parte del truco de algunas empresas de estas está en que usted compra el curso y se compromete a pagarlo con cuotas o de un solo envión, pero en realidad están diseñados para desestimular a los usuarios a seguirlos. La gente termina no asistiendo porque no existe una obligación real diaria y un compromiso que los fuerce a cumplir horarios y trabajos permanentes.

* Cuando vaya a firmar, por favor fíjese en la letra menuda. Si a usted le piden que pague por adelantado y se compromete a tomar todo el curso de inglés y a cancelarlo en su totalidad luego de una charla inductiva llena de adjetivos y en la que lo harán sentir culpable por no saber inglés, entrará en acción su gigantesco su equipo de cobradores, que es mayor incluso que el de profesores. Miles de personas a diario viven el trauma de soportar a estos insidiosos chepitos, y deben pagar por un curso que nunca tomaron. Muchos tratan de demandar por incumplimiento y por el físico acoso de los cobradores. Pero en la letra pequeña está la trampa: las empresas se encuentran totalmente blindadas para que nadie, aunque no haya asistido a ninguna clase, y por el mero hecho de firmar, deje de pagar las cuantiosas sumas de dinero del curso.

* No elija tampoco los cursos que lo llaman a su trabajo para que dé referencias de amigos, o que le consultan qué tan bueno es su nivel de inglés. Prefiera los que sus amigos cercanos le digan que de verdad les han funcionado. Recuerde: si se aprovechan de su necesidad, algo anda mal. Los mejores centros de idiomas no persiguen a la gente: hay ofertas en universidades reconocidas que tienen muy buen precio, están los centros clásicos de idiomas y hay incluso clases con profesores nativos o personalizados. Cualquier opción es mejor que caer en garras de gente que podría embargarlo (porque están blindados en la letra pequeña) si usted no paga a tiempo.

* Y si lo llaman y le preguntan si sabe inglés, no se deje engatusar. Dude de cómo averiguaron su teléfono, de por qué lo persiguen, de cuál es su manejo de las palabras para tratar de venderle un servicio. Usted es el que quiere aprender inglés, así que usted pone las condiciones. No ellos. Muchos han sido esquilmados ya y es hora de que comience a cambiar la situación.

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