Por: Ishwari
I
¿Qué conjuró la vida ese día?
Dos caminos conectados,
destinos enlazados.
¿Cómo podía escaparme de ti?
ya no había salida.
Desde que apareciste en mi puerta la magia nos envolvió.
Tu energía me conquistó.
II
Sincronía divina conocerte,
absorber mutuo de energía,
perfecta forma de enlazar dos mundos,
paradoja que asombrosa intensifica la pasión.
Cautivadores tus ojos me envolvían,
no tenía más remedio que dejarme ir en ellos,
mientras íbamos sin freno
por un infinito de estrellas.
Estallaba al menor contacto con tu cuerpo
y tu te fundías en mí
como sol en el mar profundo.
III
Sincronía, un solo latido
encuadre perfecto de dos almas,
en el ir y venir del aliento
-avivando la llama-
se fundían.
IV
Oleaje
Como ola
—iba y venía—
me envolvía
—Déjame respirar un poco—
¡No se detenía!
fuerza deliciosamente insoportable.
En el ir y venir de su oleaje me absorbía,
y yo a él, en eterno instante
cercano a la muerte.
V
Explosión de colores
se consumieron las ansias…
me fundí en él,
en la negra inmensidad.
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