Por: Francisco Javier Pareja Vallejo
Hoy amanecí en tus brazos, pero no sentí tus manos.
Estaban en mis bolsillos, rescatando la ignorancia con la que he vivido solo.
Si te encantan mis mentiras y te conmueve mi inocencia, verás como siempre te engaño, pero nunca te olvido.
Mi cariño es sincero. Te pido que no te olvides de mí. Aunque falte a la verdad, algún día encontrarás, que siempre fuiste el espejo en el que me vendí, sin ser el más odiado pero tampoco el más amado.
No reniegues de la vida, que yo pase por la tuya, sin pena, sin gloria, y hoy no me arrepiento de nada. Perdí el tiempo engañándote, aunque nunca creíste en mí.
¿Morir por ti es valioso?
O será otro más de los engaños a los que siempre recurrí, pero que lograste ver como una fascinación o un sueño de príncipe azul.
Hoy amanecí en tus brazos, pero no sentí tus manos, porque sencillamente no soy tu príncipe azul.
Más de Lloronas de Abril en
https://www.facebook.com/lloronasdeabril/