Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

La vida congelada

volar

Adriana Patricia Giraldo Duarte.

Para Juli, hermoso ángel de la sinceridad.

Pensé que la magia era tan poderosa que podía venir a descongelarme la vida. Comprobarme que rendirse no es la opción para los corazones que ya no necesitan melodía porque han probado todas las aventuras y saboreado los estados privados sobre los cuales ya nadie puede  opinar.

Pensé que bastaba tu sonrisa.  La voz de gigante de cuento pasajero que cautivaba al paso. Las manos derretidas de ilusiones, de una fe que se acomodaba a los ambientes, que luchaba por no morir, cuando los diagnósticos alentaban a esa realidad vista a través de la  ventana como diciendo que podemos despedirnos del dolor.

Yo…que cerré los ojos tantas veces e imaginé un paso de tiempo con todos los privilegios para ti.  Que aprendí mis lecciones a distancia.  Que veía en quienes te rodeaban la fuerza de un cariño retador de imposibles.

Yo…que imaginé que eso del amor podía soportar todas las pruebas.  Que bastaba mirarte para saber que en la llanura de la edad sincera, esa llanura en la que viviste congelada, nos quitaba el dolor del futuro y nos acompañaba en este repentino viaje de complicidades.

Pensé que te iban a dejar un poco más junto a mi.  Nunca entendieron que fue una felicidad insuficiente.

Que todos los días me levanté contigo en un presente sin tiempo ni límites porque jamás contemplé ni contemplaré tu ausencia y porque me enseñaste que bajo los rizos de niña obediente se escondía la eternidad.

Me queda la opción privada de recordarte en la placidez del amor.  Asomarme a la ventana y entender que en el vuelo amargo de tu despedida aún puedo soñarte, abrazarte, acomodarme a tu cálido y exclusivo cuerpo.

Me queda la opción de repetirte una y otra vez en códigos privados de dulzura, que nada me arrebata la memoria y el instante en el que fuimos una vida congelada de amor puro en la sed de un mundo que me obligará a olvidarte, sin saber que eres toda mi conciencia, sin miedos, en el universo exclusivo de flores y mariposas que construimos para conocer grandes lecciones de fe y esperanza.

Vuela. Ya me dijiste en el castillo de tus sueños que todo es posible cuando podemos respirar.

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