Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

La turbulencia del amor

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Adriana Patricia Giraldo Duarte

Recuperé un par de recuerdos y me deshice de los temores recurrentes que me impedían su olvido.  Supongo que es la gran lección para aprender: nada de lo que fue tan vistoso vuelve a sorprenderte con la misma intensidad.

En cambio sí que puedes jugar a adelantarte a ese instante agotador en el que el miedo no te permite ser tu mismo.

Hay mentiras que quieren alejarte de la ruta en la que pruebas públicamente de qué estás hecha.  Que merodean para fatigarte, buscando retirarte de tus compromisos ganados.

Pero aparecen como mágicas señales, los pasos de gigantes temporales en la exquisitez; desconocidos para tu placer; reservados para el pleno hallazgo de tu memoria.

Gigantes que te ordenan caminar con seguridad, incluso en la desdicha. Sonreír y cantar con la misma energía desbordante de la primera vez.

Se instalan en tu memoria y funcionan como un soplo de vida.  Son parte de ti. Irremediablemente se iban a cruzar en tu camino para recordarte lo  maravilloso que es respirar en complicidad.

Que vale la pena la armonía, las pausas suaves para mirar a los demás, el recorrido en la mañana cuando el frío quiere ganarte, las conversaciones en el balcón, el afán de la multitud, la noche absorbente que te preserva de los malos pasos, y la espera, al fin la espera, de la turbulencia del amor.

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Fuente foto: oprisco.com

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