Por: María Isabel Cardona Figueroa
No estoy bien, desde hace mucho no lo estoy.
Estoy rota por dentro, desde que la perdí a ella. Y no está mal sentirse así, no está mal levantarme un día con ganas de llorar y llorar hasta que no salgan más lagrimas; está bien sentir este vacío, el mismo que he llevado conmigo durante cinco años.
Tal vez me acostumbre a él, pero hoy lo sentí de nuevo como si fuera la primera vez, como cuando desperté y ya no estaba.
Quería que fuera una pesadilla, la peor de todas, pero no, Gabriela había decidido acompañarme solo unos meses. No fue suficiente.
Mañana será otro día, me levantaré a seguir disfrutando lo bueno que hay en mi vida, el amor de mi esposo, la nieve que odiaré en febrero, los bonitos recuerdos que tengo de mi familia, el sentir a mi madre conmigo como si realmente lo estuviera, y la sonrisa de él, mi bebé de corazón que desde lejos me llena de vida.
Así es, vivo rota, pero vivo llena de esperanza y de amor, de todo lo bueno que hay dentro de mi y que me rodea, y por supuesto, con ella que me acompaña siempre.
Más de Lloronas de Abril en https://www.facebook.com/lloronasdeabril/