Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

El amor llega en primavera

primavera-cursi

Por: Carolina Olaya

#LloronasDeAmoryDesamor

La niña caminaba a sus dieciséis.  Una pequeña mujercita con espíritu impetuoso, pero con una gran ingenuidad y pensamientos transparentes.

El amor apenas se asomaba.  Esa imagen platónica, la sonrisa un tanto infantil en un verano de julio cuando las vacaciones apenas iniciaban.  Esta fue su primera aparición.

Comenzaba a percibirse el amor en el aire, se hacía presente en las largas conversaciones, en el nerviosismo normal por volver a encontrarse en medio de un juego de miradas inocentes, que viajaban superando cualquier obstáculo.

El amor era rosa, sí rosa con aroma a chocolate, adornado con los colores de las esquelas, corazones y cartas cuidadosamente dobladas en 5 partes y con una nube de mariposas amarillas que atravesaban los cuerpos flotantes que miraban  la luna.

Luego de un pequeño y tímido roce de labios las emociones florecieron. Sin embargo, en el vaivén de las ocupaciones escolares aparecieron otras prioridades, y la culminación de una inquieta adolescencia era la señal del viaje hacia nuevos horizontes.

Más tarde, la joven se miraba al espejo y atrapada en sus fuertes juicios personales, reconocía su cuerpo deseando algo más de perfección, pero cuando se sentía presa de sus frustraciones otra vez él se hizo presente.

El amor ahora vestido de rojo, con aroma a mar invitaba a recorrer entero ese mundo de emociones y experiencias por descubrir, a vivir atardeceres de fuego y amaneceres de ternura, consumiendo cada segundo con voracidad como si al instante la vida no existiese.

Pero las contradicciones aparecieron, la indecisión de dos almas aún inmaduras apagó el fuego y propició el momento de inflexión, el rumbo cambió y aparecieron otros objetivos y motivaciones.

Ahora el amor llega en primavera, con vidas ya resueltas, con el aroma de café en las mañanas y largas horas de charla pintando aún proyectos nuevos

Llega esta vez para quedarse, para hacerles compañía mientras sus canas aparecen y la pasión trasciende en comprensión, será el eterno compañero de un lento envejecer, de mañanas frías que se tornan tibias con las discusiones intrascendentes que mueren con una sonrisa cómplice y un tienes razón, testigo de tardes de crucigrama, de juegos de mesa y de vez en cuando ajedrez.

Este amor azul, amor tranquilo se convertirá en el bálsamo en momentos de enfermedad y será el amigo en el viaje hacia el silencio, y la dulce melodía de dos almas que vuelven a encontrarse en la eternidad.

En abril, envíanos tu texto de amor y desamor a [email protected] para publicar en #LloronasDeAbril

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