En contra

Publicado el Daniel Ferreira

Autodefensas de Michoacán, Autodefensas de Colombia

¿Qué paralelo hay entre las Autodefensas de Michoacán y las Autodefensas colombianas?

La prensa es la última que se entera de lo que pasa, aquí, en México o en Siria. Lo único que he leído de fuente confiable sobre las Autodefensas de Michoacán en México fue este testimonio aparecido el domingo en El Espectador: Entrevista con Estanislao Beltrán, uno de los líderes de las Autodefensas. Según él, su grupo lleva un año operando en contra de un cartel de narcos, los Caballeros Templarios, y es una iniciativa acogida por un número cada vez más amplio de civiles. Ateniéndome a ese testimonio directo de un protagonista, creo que ni por las causas, ni por el tipo de acciones, ni por el modo de operar, el fenómeno mexicano se parece a nada que se haya llamado «autodefensa» en Colombia, ya que el solo hecho de armarse para defender un territorio de un enemigo común no convierte dos casos en equivalencia. Sería como comparar partisanos italianos de la segunda guerra con brigadistas suizos en la primera con los defensores de Numancia o los trescientos de Esparta o con la rebelión de Espartaco o Queimada con Marlon Brando. Válido como alegoría tal vez, pero ingenuo como interpretación histórica.

En Colombia han pasado tantas paradojas en las últimas décadas que lo más sorprendente sería que lo que está pasando en México fuese una metáfora de lo que nos espera a futuro con los carteles atomizados de las drogas ilegales, y no al revés. Yo sostengo que cada país es absolutamente original en lo que concierne a sus matanzas. Los procesos de México y Colombia en lo que concierne al narcotráfico se tocan muy brevemente en el tiempo desde que los narcos del norte empezaron a trabajar con Estados Unidos para infiltrar las rutas del narcotráfico colombiano y luego esos mercenarios se volvieron narcos independientes dos décadas después.

El origen de las autodefensas colombianas de la década del ochenta, las formas de operar, su crecimiento, el clímax de su barbarie y el elocuente legado tiene distintos matices y una particularidad que aleja el caso de otros modelos. Las FARC, algunos aun lo recuerdan, fueron antes que guerrilla, una llamada «autodefensa campesina» del Huila que defendía su territorio de la represión del gobierno. Antonio Nariño y los patriotas que expulsaron al Virrey español de este territorio se constituyeron también como autodefensa de la Provincia de Cundinamarca. ¿En qué se parecieron los tres casos? En que ocurrieron en Colombia, y nada más.

Después de que vayan en más de cien mil muertos a manos de las llamadas «autodefensas mexicanas» y sea difícil diferenciar sus desmanes de los crímenes de los narcos a los que persiguen, ahí sí podemos empezar a buscar el parecido.

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