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Carta a una madre en la modernidad

Jefferson Orlando Sanabria Orjuela

Yo sé que no tienes las respuestas mamá, al igual que nadie las tiene. Pero me gustaría saber qué opinas de ciertas cosas que me producen una melancolía infinita y me llevan a una desazón inevitable. Como por ejemplo la suerte, esa escuálida embarcación de los ingenuos, ¿Quién es ella para que me postre ante sus promesas? ¿Lo sabes? ¿Me regalarías el significado exacto de sus artimañas? Si, esas artimañas con las que juega, que marean a los pobres al servicio de los ricos.

Mira, no lo pienses demasiado, llora si es preciso, no encontraremos en este insignificante pensar de los hombres la madurez adecuada para sobrellevar el camino terrenal. La vida es así mamá, un dolor, ¿Sabes cuántas lágrimas derraman los jóvenes ante sus fracasos? ¿Sabes cuántas lágrimas he derramado por sentirme solo y sin suerte? Ni yo lo sé. Si se le preguntara esto a todos los jóvenes suicidas no encontraríamos una definición exacta, oscilaríamos entre pesares y desamores, aflicciones perpetuas que no se podrán argumentar con sabiduría. Porque somos así, no te mates la cabeza sugiriendo caminos, los jóvenes hacemos, no pensamos; aunque existiera una razón divina que nos llevara a la cordura formal, seguramente la desecharíamos instantáneamente por rebeldía o, mejor aún, por cobardía. Y todo esto es un ciclo: los antiguos lo predicaron, los presentes lo sufrimos, los futuros nos echarán la culpa de sus penas, y así se repetirá sucesivamente hasta el final de los días. Lo que pasa mamá es que me encuentro cansado, muchas veces me pregunto: ¿Para qué venimos inconscientes a este mundo, si dentro de unos años tendremos que soportar el dolor de una conciencia mentirosa? Bueno, muchos aseguran que la mentira es el germen de la creatividad y, en cierta medida académica tienen razón. La mentira nace de la congoja de reconocerse en el mundo, de tratar de entenderlo, luego nace la creatividad, la cual más tarde va a morir, o dormirá en el mejor de los casos por la droga de la educación y el medio. Menciono esto porque me parece adecuado denotarlo, porque la sabiduría agoniza. Somos preguntas y conclusiones aparentemente obvias, ¿O tal vez sólo somos ambivalencias? jumm… quién sabe, la vida es una contradicción en sí misma, pues el nacer en este mundo significa únicamente una muerte asegurada, para los que no creen en verdades absolutas… hablo de la muerte no sólo en el sentido físico, me refiero más bien a la muerte de los ideales, aquellos que nos sellan para la condenación eterna. En fin, ¿Qué opinas de esto mamá? ¿Sientes que estoy siendo claro? ¿O tal vez me falta algo? ¿Un poema que te lo explique mejor? sería factible, querida, querida, sería mejor que hablar y hablar hasta terminar empapados de dolores, de culpas malolientes y juicios extraviados, más fácil que tratar de mirarnos hacia nuestro interior y pensar; tal vez más simple…

Quiero morir madre, quiero morir.

Quiero entregarme a la soledad perpetua.

La vida ya no me importa mucho,

Mis sueños,

Esperanzas e ilusiones, me tienen cansado;

Agotado de vivir.

Anhelo la sepultura cuando estoy solo,

Cuando en la noche llueve y pienso que la muerte es una eterna lluvia.

 

Quiero la paz de mi alma madre, quiero la paz.

Necesito sentirme tranquilo mientras viajo,

Mientras me muevo y pienso.

Por eso quiero morir.

Pero no sé qué me espera del otro lado,

Tal vez un descanso,

Tal vez nuevas luchas,

Tal vez un sufrimiento interminable.

 

Quiero ser sabio y morir bien madre, quiero ser sabio.

Pero no me entiendo,

Ni a mí, ni a la vida, ni al mundo.

No sé si estoy o existo en el presente ahora,

Me parece inconveniente vivir en el pasado,

Mi futuro es solamente la huella de un destino;

Me ahoga la desesperación de esta insípida existencia,

De estos pensamientos que me producen una nostalgia interminable.

 

Quiero volar madre, quiero volar.

Me encantaría poder vivir entre las nubes,

Saltar de beso en beso entre cada estrella.

Morir a la tierra y sus deseos.

 

Ser libre madre, quiero ser libre.

Libre y feliz.

Por eso quiero morir.

Déjame morir hoy,

Tal vez mañana despierte en un hermoso mundo,

Lleno de la paz y virtudes que tanto me gustan.

Tal vez mañana no viva aquí ni allá,

Tal vez me encuentre solamente en tu pensamiento,

En aquellos recuerdos hermosos que me transmitirán paz y seguridad.

 

Madre mía, déjame morir en tus brazos,

Déjame morir sin angustia,

Déjame morir que me muero.

 

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