El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

POR UN ABORTO LIBRE Y SIN ESTIGMAS SOCIALES NI RELIGIOSOS

Nota: En el 2012 publique este artículo y en menos de 10 horas recibí más de cien correos en los que me insultaban y me amenazaban, así que decidí borrarlo. Luego publiqué la entrevista que le dio el SJ Carlos Novoa a la periodista Cecilia Orozco en El Espectador y que hoy cito nuevamente:
«El aborto terapeútico es ético»

«El aborto terapéutico es ético» SJ CARLOS NOVOA

Así como una breve historia del aborto en Francia:

ALGO MÁS SOBRE EL ABORTO

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Muchas mujeres de este país estamos en deuda con la abogada Mónica Roa, pocas como ella han tenido la valentía de luchar por nuestros derechos sexuales y reproductivos enfrentando a una sociedad pacata, conservadora, de doble moral y misógina como la colombiana. Una sociedad que se deja controlar aún por la Iglesia católica, ancorada en una ideología de la terrible y siniestra época de la Inquisición, que poco o nada tiene que ver con los hombres y mujeres del siglo XXI; así personas como el Procurador Ordoñez, o su fiel servidora Hoyos, sean los adalides de una Iglesia sumida en escándalos de pedofilia o de curas que dejan hijos regados, como es el caso del expresidente paraguayo.

El derecho a la reproducción atañe a cada ser humano y ningún hombre o mujer puede intentar legislar en nombre de los derechos que ellos creen únicos y universales. El derecho al aborto, en condiciones de salubridad y de seguridad para la salud mental y física de la mujer, no debería ni siquiera ponerse en tela de juicio; máxime en un país donde la educación sexual está mal vista, no olvidemos que Ordoñez se opone a ella, y donde el abuso sexual es pan de todos los días. ¿Cuántas de nuestras niñas, sin olvidar a los niños por supuesto, son violadas día a día al interior de sus propios hogares? ¿Qué dicen al respecto el fanático Ordoñez o su servidora Hoyos? ¿Consideran dicha situación normal? ¿Acaso el Estado y la Iglesia hacen algo por los miles de niños nacidos de la violencia y condenados a la repetición de la misma? ¿O los que están condenados a malformaciones congénitas?

Las mujeres, que por una razón u otra han abortado, pertenecen a todos los niveles educativos, sin que por ello arrastren eternos sentimientos de culpa judeocristiana; como Amada Rosa,la exactriz de televisión que abortó dos veces y ahora se declara enemiga del aborto y se cree con el derecho de decidir por todas las colombianas.

Los personajes como Ordoñez y Hoyos, entre otros, son en realidad enemigos de la mujer; en vez de velar por nuestros derechos nos atacan y atacan a mujeres como Mónica Roa, cuando una gran parte de la sociedad debería estarle agradecida por haber logrado despenalizar el aborto en las tres únicas excepciones que la ley colombiana lo estipula. Considerar que la píldora del día después es “abortiva”, me refiero al misopostrol, sólo demuestra la ignorancia de dichos personajes.

Las mujeres, que por razones religiosas, entre otras, decidan no abortar están en todo su derecho, lo que no pueden hacer es imponer su forma de pensar a los demás. No olvidemos que Colombia, pese a quien le pese, es un Estado laico, y como todo Estado de derecho está en la obligación de velar por el bienestar de todos sus ciudadanos, no de seguir imponiéndonos leyes y costumbres que nos sumen en la tragedia humana que nos venden como una de las posibilidades de acceder al paraíso eterno.

Por último quiero decir que estoy de acuerdo en que el aborto sea libre y que no tenga condiciones; pero sobre todo me uno a las voces que claman por una educación sexual que enseñe que la paternidad y maternidad deben ser la consecuencia de un acto responsable y deseado. Debemos exigir que la planificación familiar esté al alcance de todas las mujeres, y para ello la educación sexual se hace indispensable. Un hijo sólo debería venir al mundo cuando es plenamente deseado y amado, ninguna mujer debería ser obligada a traer un niño al mundo, menos cuando su embarazo es la consecuencia de una violación. No hay que olvidar que el drama del aborto es, en muchos casos, consecuencia directa de la falta de educación sexual, a la cual se opone el procurador en cuestión. Recuérdese también que nadie decide abortar como quien se saca un par de muelas.
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