El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

PARA MARADONA DE FIDEL

En algún lugar de La Habana de cuyo nombre no debo acordarme,13 de enero 2015

Para mi admirado y fiel Armandito de su amigo Fidel

Buenas maradonita

Espero que estés pasando unos días muy agradables en esta isla tropical y que las jineteras no te estén desvalijando demasiado los bolsillos, aunque también podría decir los jineteros; eso por la famosa foto que algún día te tomaron en la que te pillaron con uno de tus colegas debajo de las sábanas. ¡Cómo son de inoportunos los periodistas! ¡si lo sabré yo! Les encanta meterse en los lugares menos insospechados con tal de hablar de las intimidades de los famosos. Pero bueno, ahora ya nadie habla de eso, así que pasemos a otro tema.

Ya sé que lees poco, pero si lo has hecho sabrás que por estos días circula nuevamente el rumor de una de mis tantas muertes, ¡cómo si la gente se negase a creer que soy inmortal! Es por eso que te escribo. Necesito, tú que le hablas al oído a tanta gente tan importante, que muestres esta prueba fehaciente, o sea fidedigna, o clara -para que me entiendas mejor- y que digas y grites a los cuatro vientos, si es preciso, que no, que no estoy muerto, que sigo vivo y con las riendas de este país atadas a mis manos; eso te lo digo porque a veces, muy pocas la verdad, tiemblan, así que me las atan a los puños para no perderlas.

Es más, conociendo tu diplomacia, tu don de gentes, tu refinamiento, voy a confiarte un secreto, uno de esos que llaman secreto de Estado; sé que tú sabrás guardar silencio y que pase lo que pase no se lo vas a contar a nadie. En realidad el que murió es mi hermano Raúl, hace ya varios años, lo tuve que sacar de en medio para que no se siguiera oponiendo a mis deseos de llevar este país hacia la modernidad del capitalismo a ultranza. Así que cuando se durmió para siempre me hicieron un trasplante de su cara. Ya sabes que la medicina de este país es legendaria, aquí hacemos milagros que nuestros antiguos enemigos, y hoy nuestros mejores camaradas-amigos, esos que viven un poco más arriba, quisieran conocer.

Yo no pienso morirme, ¡ni más faltaba! Por eso me enojo tanto cuando pienso en Chávez, nuestro común amigo; eso de volverse un pajarito no va conmigo*. Desde que comenzó a cantarle en el oído a madurito, éste se nos envalentonó, y ahora anda buscando alianzas en la legendaria ciudad prohibida, como si aún no lo fuese.

Yo sé Armandito que muchas personas creen que piensas con los pies, la verdad yo también, pero así y todo te estimo tanto que por eso te hago mi confidente y te nombro desde ahora mi Embajador de la Verdad, de la única. Nadie más la posee. Por otra parte, sé que los futbolistas como tú son dioses, así que si tú dices que yo estoy vivo la gente va a creerte.

También quisiera que convenzas a Uribe, ese que se cree otro dios, a uribito ya no vale la pena ni nombrarlo, que siga con su discurso inteligente, vivaz y profundo de su castrochavismo; lo necesitamos ahora que Obama y yo somos los mejores amigos.

Otra cosa, dile a Cristina que está muy linda, que no se haga más cirugías, que no las necesita, y que aunque le parezca raro de mi parte, que yo le aconsejo que se vaya a descansar a su casa del Calafate, en la Rosada hace mucho calor, sobre todo en estos días cuando le están dando helado a los chimpancés; y que si el gorila que vivía hace veinte años en el zoológico ya lo jubilaron que con más razón ella acepte pensionarse; antes que tenga que hacer lo que yo hice in extremis, o sea un trasplante de cara. La verdad no todo el mundo la resiste, sólo yo; además yo soy hombre y ella solo una mujer, un detalle que no hay que olvidar.

Bueno, hasta la próxima

Un abrazo revolucionario, de esos que daba el camarada Stalin y que los invitados de las FARC imitan tan bien,

Fidel, el de la cara de Raúl.

* https://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2013/04/10/nicolas-maduro-el-hombre-que-creia/

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