El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

MATRIMONIO PARA TODOS

Hoy me he levantado en un país más incluyente, más justo; lástima que no  pueda decir más tolerante, más respetuoso  y menos violento. Francia aprobó ayer, por una mayoría aplastante, 331 votos a favor y 225 en contra, el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parte de estas parejas. Espero que hoy se apruebe el matrimonio para todos, como se le llama en Francia, en Colombia, el país del sagrado corazón; pero afortunadamente laico, así les pese a muchos de los ciudadanos fanáticos que habitan en su territorio. Esta lucha, que no es otra que la reivindicación de derechos, y el clamor por una sociedad más justa e igualitaria, ha dejado los dos países que amo en un clima malsano de crispación y odio.

Pero no siempre fue así. Si recordamos las sociedades griega y romana nos damos cuenta que el homosexualismo era una costumbre sexual bastante arraigada y que no era considerada “pecado”; entre otras, porque esa palabreja sólo llegó con el cristianismo, antes se hablaba de transgresiones. Considero que existen faltas, delitos, pero no creo en los pecados; mucho menos cuando se refiere a dos personas que se aman, que se respetan, que se ayudan y que establecen un vínculo para construir una vida juntos.

Desafortunadamente los credos religiosos, no sólo hablo del catolicismo sino de todas las creencias en divinidades, son malsanos. ¿Cuál es el dios verdadero? ¿El de origen judeocristiano?, ¿Alá? o ¿Yahvé?. Esto sólo para referirme a las tres religiones supuestamente monoteístas. Y digo supuestamente ya que el número infinito de santos, junto con el culto mariano, que tanto daño nos ha hecho a las mujeres occidentales, hacen del catolicismo una religión no monoteísta, así los curas nos digan lo contrario. Cualquier religión, incluyendo las animistas, o el budismo, o los cultos ancestrales de nuestros pueblos aborígenes, está ancorada en la noche de los tiempos. En realidad se trata de pensamientos mágico-religiosos que sólo desean explicar la creación dejando a un lado las explicaciones científicas, plausibles y corroborables que destruyen fácilmente cualquier mito concerniente a la creación de la vida.

Si a los homosexuales se les niega el derecho a ser ciudadanos de primera no deberían pagar impuestos y el Estado estaría en la obligación  de crear una verdadera asistencia social, que contemplara salud, educación, vivienda y trabajo para esta población vulnerable. Y digo vulnerable, ya que los católicos fundamentalistas, como es el caso de una parte de la sociedad francesa y colombiana, han querido convertirlos en poco menos que monstruos; olvidando que los verdaderos monstruos están en el seno de la Iglesia católica.

Ser homosexual no es sinónimo de pederasta, eso parece ser algo que desconoce la gran mayoría de la gente, o bien es el argumento esgrimido por nuestros legisladores homófobos, y por los mismos curas que se escudan en una sotana para atacar a la mujer, y en muchos casos violar a los menores de edad. Personas como el procurador Ordoñez ,y su altavoz y álter ego Hoyos, o el senador Gerlein, o el de Barrera que hace pactos con iglesias cristianas, olvidando que Colombia es un país laico, son una vergüenza para la sociedad. Cada cual puede pensar lo que quiera, siempre y cuando su propia creencia no se imponga a los demás. El matrimonio civil es un derecho inalienable; el religioso, por el contrario, atañe a las iglesias, a ellas de decidir si lo aprueban o no.

Por último, quisiera recordar a los fanáticos religiosos,  intolerantes, irrespetuosos y poco dignos,  que todo homosexual es hijo de una mujer y de un hombre. ¿Entonces habría que prohibir que las parejas heterosexuales engendren hijos o que los adopten? Además, ¿cuántos niños no son violados en el seno de su propio hogar, muchas veces con la complacencia de la madre?

 

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