Dos o tres cosas que sé de cine

Publicado el fgonzalezse

Paterson: rutina a ojos de un poeta

Fuente: Ojo Crítico
Fuente: Ojo Crítico

Una mañana más. Paterson se despierta sin sobresaltos y se entrega a sus rituales cotidianos. Nada fuera de lo común, aunque un aire de ensoñación domine la escena. En Paterson, la película, vemos a un tiempo nuestra más pedestre –y ruinosa– realidad como también los destellos de revelaciones que a falta de mejor palabra hemos de llamar poesía. Fantasía y realidad son una sola en este deslumbrante largometraje, pues tal como muestra con atenta observación es la rutina el material del que están hecho los sueños. El más reciente filme de Jim Jarmusch es triunfo y celebración: celebración de una vocación: el artista como descubridor de un lenguaje con que se ilumina nuestra experiencia; triunfo, ya que la película consigue un milagroso balance para ser realista y, en palabras de Jonathan Rosenbaum, utópica. Paterson presenta la realidad corriente de un poeta menor desde su perspectiva, una realidad mínima, repetitiva y prodigiosa. Jarmusch crea su más conmovedor y auténtico retrato en lo que es su propia arte poética. Un filme que, además, constituye un desafiante gesto con el que se busca recuperar una cotidianidad que se ha visto menospreciada por el amor al espectáculo y el efectismo. Paterson es una fabulosa pieza de resistencia que devela un fascinante mundo rutinario.

Fuente: Tiketa
Fuente: Tiketa

La película abarca una semana en la vida de Paterson (Adam Driver), conductor de bus y poeta en la ciudad de Paterson, lugar que dio nombre a la más ambiciosa obra del poeta William Carlos Williams. Seguimos, entonces, a Paterson desde que despierta hasta que en la noche toma unas cervezas en un pequeño bar. El filme se dedica a una semana corriente de calladas y modestas recompensas y silenciosas y dolorosas pérdidas. Paterson es fiel al deambular de su protagonista; su avance es azaroso y no se corresponde con la mecánica de la dramaturgia convencional. Jarmusch vuelve a una narrativa similar a la de sus primeros largometrajes en la que predominaban los sketches sobre una línea narrativa principal. La sensación de inacción se desprende en parte por este tipo de narrativa y en parte a que las acciones que muestra el realizador tienden a alejarse de lo típicamente dramático. El «estatismo» es más consecuencia de que se prefiera contar las acciones en apariencia vacías de todos los días sin sumarle curvas dramáticas, o, en otras palabras, una realidad que avanza a su propio ritmo. Paterson nos invita a observar la cotidianidad de modo diferente, nos invita a compartir la perspectiva de un inesperado poeta menor.

Fuente: NJ
Fuente: NJ

Glenn Kenny definía a este largometraje película fantástica (en contraste con su aparente realismo). Jonathan Rosenbaum afirmaba que la película mostraba una utopía por mostrar a un Estados Unidos alejado de los múltiples conflictos que vive hoy. Más que esto, creo que en Paterson se nos muestra el mundo visto por su protagonista, de ahí su esplendor y su limitación. Vale notar que la ciudad de Paterson, centro industrial decadente, no es maquillada. Es un lugar ruinoso en el que más de un personaje señala los peligros que pueden rondar a los personajes que la habitan. El protagonista prosigue su vida poniéndole su énfasis en otra faceta de su mundo. Y en eso reside lo milagroso del largometraje, pues el mundo de una ciudad en crisis y de personas de clase trabajadora con aspiraciones artísticas es mostrado tanto en su cruda realidad como en su emocionante experiencia vital interior.

Fuente: Taste of Cinema
Fuente: Taste of Cinema

Una escena clave en la película ocurre cuando Paterson, en medio de su paseo nocturno con Marvin, su mascota, oye por casualidad a Method Man componer mientras el rapero lava su ropa. Una escena que refleja lo que hace la película con Paterson al mostrarlo como artista en medio de sus ocupaciones más mundanas. La respuesta de genuina admiración Paterson al escuchar a Method Man es igualmente significativa. Un sentimiento que parece compartir el mismo Jarmusch. Paterson es un homenaje sincero a una poesía que el realizador ama, no exento de ironía, claro está. La película, por tanto, mezcla el registro transparente del día a día –sin adornarla ni idolatrarla– con secuencias en que la poesía resuena como forma de concretar una experiencia vital que es imposible vivir de otro modo. Paterson es un diálogo entre lenguajes –poesía y cine– que al sumarse producen un memorable retrato y una declaración de principios. De ese modo, por ejemplo, los poemas de amor de Paterson contrastan con una relación amorosa que dista de lo idílico (sin por esto no ser acogedora y enriquecedora). La rutina no siempre da espacio para que las emociones de la rutina se expresen. Paterson es capaz de presentarlas a ambas con suma persuasión. Por lo demás, el filme mismo se convierte en una forma de recuperación de una vida que adquiere significación precisamente en aquello que parece intrascendente. Paterson es una vindicación de la observación atenta que permite reestablecer el asombro frente a nuestra propia vida. De hecho, el mismo Jarmusch expone su propósito al ponerlo en boca de una niña de 11 años cuando lee un poema escrito por el propio realizador:

Water falls

Water falls from the bright air

It falls like hair

Falling across a young girl’s shoulder

 

Water falls

Making pools in the asphalt

Dirty mirrors with clouds and buildings inside.

It falls on the roof of my house

Falls on my mother and on my hair.

Most people call it rain.*Fuente: Cine News

Fuente: Cine News

Tráiler

Fuente: Taste of Cinema
Fuente: Taste of Cinema

Para leer más comentarios puede ingresar en: http://2o3cosasquesedecine.blogspot.com.co/

Fuente: El arte del cine
Fuente: El arte del cine

*Agua cae

 

Agua cae del cielo claro

Cae como el pelo

Que cae del hombro de una niña.

 

 Agua cae

Posándose en charcos en el asfalto

Espejos sucios de nubes y edificios

Cae encima de mi casa

Cae en mi madre y en mi pelo

 

La mayoría la llaman lluvia

(La traducción es mía)

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