A propósito de la nueva visita del narrador y poeta galés Owen Sheers (1974) al Hay Festival Cartagena, recojo a continuación algunos de los poemas que presentamos en el marco del primer Hay Festival (2006) en un breve libro de su poesía (junto al poeta y narrador Vikram Seth: Dos poetas en lengua inglesa, Nómadas colección de poesía), publicado con su aval y traducido por este servidor junto al poeta Mauricio Contreras. De Owen Sheers Alfaguara presentará en Cartagena, la novela Resistencia.
No eras aún mi madre
Ayer encontré una foto
De tus diecisiete años,
Llevando un cabello y sonriendo
No eras aún mi madre.
Aquel sombrero de montar escondía tu cabello
Y tus piernas eran largas y delgadas como las de un chico.
Sostenías el caballo por el cabestro,
Tu mano un puño bajo su mandíbula inmensa
Los árboles frondosos permanecen al fono
En el cielo granulado de una vieja fotografía,
Pero lo que me atrajo fue tu rostro que era el mío.
Y pensé, por un segundo, que éramos la misma persona.
Pero entonces vi la chaqueta de mujer,
Ajustada en la cintura, el pantalón de montar,
Y desde luego la fecha, garabateada en una esquina.
Todo esto me confirmó una vez más
Que eran tus diecisiete años, llevando un caballo
Y sonriendo, no eras aún mi madre,
Aunque yo era ya, sin duda, tu hijo.
Último acto
No te sorprendas si he tardado
En mostrarte esto:
Pausas como dientes perdidos
En el rostro de mis palabras,
La silenciosa vocal O,
El confuso registro de mi lengua
Y la cuenta atrás de las páginas
Hasta el cero de la palabra
Sin nada que decir.
Porque
¿No es este siempre el acto final?
Recoger el telón
Para mostrar los actos que hemos representado,
Las escenas actuadas apiladas a los lados
Y en el centro, bajo el reflector,
El actor inclinado ante sí mismo
Por primera vez, durante toda la noche.
Bosque de Mametz*
Tiempo después los granjeros los encontraron,
La juventud desperdiciada, surgieron bajo las cuchillas del arado
Cuando rasgaban las entrañas de la tierra.
Un trozo de hueso, la vajilla china de un omóplato,
La reliquia de un dedo, la ahuecada
Y quebrada cáscara de un cráneo,
Ahora incrustados, resquebrajado el azul sobre el blanco,
A través de este campo donde empezaron a cambiar, no a correr,
Hacia el bosque y su nido de metrallas.
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*Sobre este último poema, valga revisar algunas interpretaciones en: http://www.helium.com/items/2213311-a-visit-to-a-world-war-i-battlefield