Blog de notas

Publicado el Vicente Pérez

Motivos para ir a la Corzotón

Hoy a las once de la mañana se materializará una de las más espontáneas iniciativas ciudadanas de indignación y protesta. Es importante, entre otras cosas, porque concreta la indignación e inconformidad colombiana dispersas por Internet en hechos reales, y esta iniciativa, liderada por Gustavo Bolívar y la Fundación Manos Limpias eligió un lugar (no menos simbólico que la Puerta del Sol) para manifestarse: el Congreso de la República. La Corzotón surgió en reproche a las vergonzantes declaraciones del presidente del Congreso, pero no es sólo eso; las declaraciones de Juan Manuel Corzo fueron la gota que rebozó la copa para turbar la quietud colombiana ante los escándalos diarios. Estas son mis razones para asistir a la Corzotón, para darle sentido a los pies allá puestos y exigir respeto por más de 45 millones de colombianos:

—Rechazo a los desmanes del Presidente del Congreso: Juan Manuel Corzo a pocas horas de iniciarse la protesta, en un acto oportunista y tardío ofreció disculpas en Twitter por su desfachatez, intentando disuadir a la gente de pronunciarse solicitando su renuncia. Desde el 20 de Julio (véase “Me dan, o los robo”) se mostró en contra de los derechos homosexuales, propuso la ley de inmunidad parlamentaria, defendió la absurda posición conservadora frente a los casos en los que se permite el aborto, defendió los subsidios de combustible para los dignatarios, y empeorando esto último sostuvo que con el sueldo de senador no es posible mantener sus dos camionetas. Está bien disculparlo, todos tenemos derecho a la rectificación, pero eso no exime la responsabilidad de sus palabras.

—Reivindicación del Congreso, su importancia y su fin: el Congreso de la República es para muchos, la Corporación más corrupta del Estado colombiano. Y no es para dedicarse a quejarse y conformarse con lo que lastimosamente pasa allá dentro, hay que recordar que el Legislativo es vital para el mantenimiento de nuestro país, y ser congresista no puede ser una dignidad a la que lleguen personas tan cuestionadas, ni el medio para en vez de ayudar a solucionar la graves heridas nacionales, empeorarlas saqueando el erario, aliándose con grupos delincuenciales, prostituyendo al Congreso e insultando con su comportamiento a todo un país.

—Apoyar a las iniciativas ciudadanas: William Ospina escribió que Colombia, a pesar de su violencia, es un país muy pasivo. Sumiso y presto a cachetadas de sus dirigentes. Los colombianos debemos hacernos sentir exigiendo el país que merecemos y esto se hace apoyando las iniciativas ciudadanas tan poco vistas y a las que se es tan apático. Ir, depositar su billete de $190.000 con su firma y hacerse valer como ciudadano de respeto es suficiente.

—Exponer la indignación en Colombia: no es por entrar en la actitud de varios países en todo el mundo durante este año que se han manifestado frente a sus gobiernos, todos con motivos similares: inequidad, corrupción, falta de democracia (o de democracia real), pero Colombia merece respeto, sus ciudadanos lo merecen, y que coincida en una semana por un lado, que no se es pobre con $190.000 mensuales, y por otro que con más de 16 millones tampoco alcanza para la gasolina es una contradicción insultante. Como dice Hessel: “¡indignáos!”

—Exigir un Estado racional y consciente: el Estado colombiano debe ser coherente en su discurso con sus objetivos de prosperidad, y ésta no se alcanza silenciando el debate público y disuadiendo la opinión a través de una alianza no de principios sino de intereses partidarios. Al Estado pertenecen todos los funcionarios públicos, y no es tarde para recordarles que hay millones de pobres en Colombia, víctimas sin reparar, jóvenes sin estudiar, y la corrupción retrasa la sanación de estas problemáticas.

—Reclamar vergüenza ante el trato “Honorable”: así se hacen llamar los congresistas, y no sé si sea honorable un parapolítico, un corrupto, un negligente que no asiste a los debates. No debe ser una estupidez protocolaria, sino el ejemplo el que lo merezca.

—Colombia es nuestra: y por tanto es nuestra responsabilidad hacer respetar lo que nos pertenece. “Más que los actos de los malos, me horroriza la indiferencia de los buenos” Gandhi.

Lastimosamente por no vivir en Bogotá no podré asistir a la Corzotón, mas por una persona que allí vaya motivado por estas palabras, lo que escribo habrá tenido sentido. Desde Cúcuta apoyaré y divulgaré el mensaje de mayor indignación por ser Corzo coterráneo nuestro. Quizás sea una manifestación más, tal vez no, está en cada uno reclamar nuestra dignidad, regar la semilla del buen gobierno y conseguir, a diferencia de lo que plantea Daniel Samper Ospina, que no sólo de Cúcuta sino de todo el país los políticos sean ejemplo y no motivo de vergüenza.

@VicentePerezG

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