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Golpe de estado en Venezuela: claves para entenderlo

Por: Daniel Montoya

En marzo 25 de 2014 Nicolás Maduro anunció la captura de tres generales de la aviación que planeaban un golpe de estado. Las principales ciudades de Venezuela vivían intensas protestas que empezaron en el estado Táchira y continuaron con una gran marcha en Caracas el 12 de febrero. La situación se había agravado cuando el gobierno y algunos sectores de las protestas chocaron violentamente. Hubo denuncias de abusos y asesinatos y la captura de líderes de la oposición.

El anuncio de Maduro parecía confirmar información que me había proporcionado una fuente desde Caracas. La fuente es un oficial retirado del ejército de una familia tradicionalmente militar quien me contó que en los últimos años había asistido a varias reuniones con oficiales militares opositores al chavismo – en su mayoría de la aviación -, y aseguró que en varias oportunidades se había discutido la posibilidad de un golpe de estado, sin embargo dado el poder del régimen y que la mayoría del ejército aún apoyaba al chavismo, el golpe dependería de que las protestas civiles se agravaran y crearan las condiciones para darlo.

Esta información no pudo ser confirmada en su totalidad y, si fuera verdad, las posibilidades de éxito de un golpe de estado de la aviación son supremamente bajas en Venezuela.

Por defecto, un golpe de estado consta en “conquistar y retener”. El primer objetivo de un ejército golpista es apoderarse de las rutas de transporte y de los medios de comunicación para controlar el flujo de información, es decir las oficinas de los noticieros y periódicos, pero la aviación es inútil en el propósito de retener territorio conquistado con el agravante de que lanzar bombas y misiles desde un avión destruye la infraestructura que el futuro régimen necesitará.

El control sobre la infantería es la clave para dar un golpe de estado, mucho más las brigadas blindadas ubicadas en la capital. En Caracas está ubicada la III División de Infantería bajo la cual está la 31a Brigada Blinda de Caracas que en Febrero 18 pasó a ser comandada por el General de Brigada Manuel Gregorio Bernal Martínez, quien hasta esa fecha era el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y estaba envuelto en la polémica por abusos de agentes de esa institución a civiles que protestaban en las calles.

El G/B Bernal ha sido un consentido de Maduro y es de su entera confianza. Fue Comandante de la Guardia de Honor Presidencial y ahora es el General de la 31a Brigada Blinda de Caracas, dos cargos de gran responsabilidad y poder. Este control del régimen sobre recursos militares estratégicos y la inteligencia recogida que revelan una posición débil de la oposición al interior del ejército venezolano, indican que un golpe de estado en Venezuela solo es posible si viene desde el interior del chavismo y es por eso que los recientes rumores de un golpe de estado apoyado por sectores chavistas, incluidos sectores de las Fuerzas Armadas, “Colectivos” y congresistas del PSUV, prenden las alarmas por su posibilidad de éxito.

La escasez de alimentos y dólares para las importaciones y pagos al exterior que se han agravado con la caída del precio internacional del petróleo, han llevado la imagen del presidente Maduro a 22%, mínimo histórico. Su impopularidad afecta directamente las aspiraciones políticas del chavismo que puede considerar removerlo como estrategia para reparar su imagen ante los votantes de cara a las elecciones parlamentarias de final de 2015. Sin embargo, cualquiera que sea el presidente de Venezuela enfrentará problemas estructurales como sobregasto en programas sociales y en alianzas con países de la región que deberán ser recortados para dar una solución real. Aquél que haga estos recortes corre un alto riesgo de afectar su popularidad y erosionar su base política, lo cual terminaría por afectar su gobernabilidad.

Estos problemas hacen pensar que ni siquiera desde el chavismo haya un voluntario que quiera reemplazar a Maduro pero eso dependerá de que el resto de opciones sean tan malas que un golpe de estado sea la menos mala de todas.

En las condiciones actuales de la economía venezolana es altamente improbable que el sistema económico chavista actual sobreviva. En el 2015 la presidencia de Maduro empleará reformas, algunas de forma y otras de fondo, para tratar de calmar a la población insatisfecha y garantizar que la oligarquía chavista que gobierna el país retenga el control.

Para los próximos meses hay que seguir de cerca los movimientos dentro del chavismo que indiquen fricciones internas o una profundización de la crisis económica que lleve al gobierno a no cumplir las obligaciones con su población, esto puede derivar en protestas generalizadas en el país que ganen apoyo del ejército, el mismo que está formado por los hermanos e hijos de los hombres y mujeres que ahora hacen filas interminables afuera de los supermercados a la espera de encontrar productos básicos para sobrevivir.

Nota:

General de Brigada (Av) José Daniel Machillanda Díaz, general de Brigada (AV) Oswaldo Hernández Sánchez y general de Brigada Carlos Alberto Millán Yaguaracuto, son los tres generales capturados en marzo 25 de 2014 por planear el supuesto golpe de estado contra Nicolás Maduro.

 

Columnista invitado:

Daniel Montoya es negociador internacional con énfasis en conflicto internacional de la Universidad Eafit, donde estuvo vinculado como coordinador del semillero de investigación de estudios internacionales. En su carrera profesional ha trabajado en China, Estados Unidos y Colombia y sus temas de interés incluyen inteligencia estratégica, terrorismo, inversión extranjera y comercio global.

Apasionado por la historia, sobre todo antigua, practica yoga y excursionismo. Cree que se puede llegar a verdades y que no todo es subjetivo, “lo importante son los hechos y buena inferencia para llenar los vacíos de información”, dice mientras baila PeRrEo ChOkE.

 

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