«Los centros de salud me han reportado ya 45 heridos
y desafortunadamente ya hay dos muertos, todos civiles…»
Carlos A. Banguero. Alcalde de Toribío. Cauca.10-07-11
Colombia en la actualidad atraviesa una situación de orden público que no se compadece ni con las expectativas de la ciudadanía, ni con el carácter, manejo de información y tono que ha desplegado Rodrigo Rivera a la cabeza del ministerio. Los ministerios, y sobre todo el de defensa en una nación como la colombiana, son espacios de poder que demandan un manejo acorde con las necesidades y el momento político del país. Hoy las necesidades de Colombia urgen que exista una reducción clara en los índices de criminalidad, más aún cuando el pié de fuerza de soldados profesionales ha aumentado sistemáticamente (de 21.908 miembros a 89.918 entre el periodo 2002-2010). Por otra parte, el momento político, representado en las expectativas y el carácter de la ciudadanía, demanda un manejo competente, honesto y riguroso de la información acerca de la realidad en materia de orden público que está viviendo Colombia. En las últimas semanas, el ministro ha pretendido imponer a la ciudadanía un punto de vista que crea preocupación en las zonas más golpeadas por la violencia narco criminal, y que mina seriamente la credibilidad de las fuerzas armadas, del ministerio de defensa y del gobierno nacional.
La última entrevista realizada al comandante de las fuerzas militares evidencia una clara tendencia negativa en materia de seguridad en el país. La cartera de defensa que durante años ha tenido la intervención directa de la presidencia de la república, se encuentra ahora en un momento de desacreditación sin antecedentes. Las salidas en falso del ministro, ensimismadas en un insólito triunfalismo, evidencian una problemática mayor que debe ser abordada con objetividad, en la que la sociedad civil y la actual administración aúnen esfuerzos para evaluar la estrategia de seguridad gubernamental, incluyendo su agenda interna y exterior, en el tratamiento del combate al narcotráfico y la delincuencia organizada.
El comandante de la fuerzas militares, ha confirmado datos altamente preocupantes. En los meses que han corrido del presente año se han presentado más ataques terroristas, más secuestros, y más homicidios colectivos –o masacres- que los ocurridos a lo largo de todo el año 2010. Ante la contundencia de una escalada inusitada de la criminalidad, resulta insólito que el ministro Rodrigo Rivera realice un manejo retórico y político de la problemática. Además, en medio de la catástrofe, desconciertan los desbalances en materia de homicidios que existen entre las cifras de medicina legal y la policía. Sobre todo por los intereses que pueden rondar a la fuerza pública, en el sentido de mostrar aparentes éxitos en el manejo de las estrategias de seguridad ciudadana. Avaladas también por el gobierno central.
2004 | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | 2009 | 2010 | |
Medicina Legal | 18,888 | 17,234 | 16,274 | 16,318 | 15,251 | 17,672 | 15,681 |
Policia Nacional | 20,210 | 18,111 | 17,479 | 17,198 | 16,140 | 15,817 | 15,459 |
En contraste con la percepción de la opinión pública, y con la aparente prudencia demostrada por el comandante de las fuerzas militares, el ministro Rivera afirma que el país va por buen camino, y que el año 2010 fue el año en el que se produjo el menor número de homicidios de los últimos 24 años. Según el instituto de medicina legal, el año 2010, presento más homicidios que el año 2008, recuperándose de una escalada de violencia que dejo en el año 2009, la cifra de 17.672 asesinatos en el territorio nacional.
Desde hace tan solo un mes, el país ha presenciado hostigamientos y atentados en el Meta, Caldas, Valle, Neiva, Caquetá y Risaralda, entre otros. Además del asesinato del comandante de la policía de Carreteras de Antioquia, y de los dos candidatos a la alcaldía de Arboletes, también en el departamento de Antioquia.
Colombia en la actualidad esta atravesando un momento político fundamental. Localmente se encuentra en medio de un proceso de legitimación de medidas que durante la última década han buscado detener la capacidad desestabilizadora de la narco criminalidad, y en un contexto internacional, junto con México, es el principal laboratorio de experimentación de la estrategia global de «guerra contra las drogas». Hoy en día, Latinoamérica y el mundo tienen los ojos puestos sobre el país y sus resultados contra el narcotráfico. La acumulación de sufrimiento que la violencia ha dejado en Colombia, debe en este momento servir de insumo para adoptar mecanismos que reversen definitivamente la historia de los países afectados por el poder narcotraficante y su capacidad de degradación y desestabilización institucional.
En el momento en el que se escribe este artículo, un ataque más está dejando una estela de 6 muertos y más de 60 heridos en el departamento del Cauca (municipios de Toribio, Corinto y Caldono). Hoy también ha sido asesinado un candidato al concejo del municipio de Caldas, en el departamento de Antioquia. El país a inicios de la semana próxima, está a la espera de un cambio. Rodrigo Rivera debe dejar de inmediato el ministerio de defensa, el gobierno nacional debe valorar en conjunto, tanto nuevos nombramientos como en general la estrategia de combate al flagelo del narcotráfico.
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Renny Rueda Castañeda