Don Ramón, psicología laboral

Publicado el ramon_chaux

Riqueza inmortal

bird-1683655_960_720

La gente vive y trabaja como si fuera inmortal. Acumula bienes, riquezas y dinero que no podrá usar más de lo que dure su vida.

La concepción de la vida como pasajera nos puede llevar por dos caminos distintos: sacar el máximo provecho de este lapso de tiempo que Dios nos regaló y vivir lo más bueno que se pueda, con despilfarro y ganancias por montón. En la otra mano, conociendo nuestro paso fugaz por el universo, podríamos optar por interesarnos menos por las cosas materiales y vivir más en armonía con la parte espiritual, con la parte interna de nuestro ser más que con los objetos materiales que nos rodean.

Es muy cierto que el sentimiento de inmortalidad ha resultado en obras majestuosas para la humanidad. Muchas de sus maravillas costaron generaciones enteras. Por otro lado, tal apego a los deleites materiales también ha sido el combustible para las cosas más atroces del ser humano, como la esclavitud o las guerras.

Se ha viralizado una frase de Steve Jobs, venerado y divinizado gurú de los negocios, que transcribo a continuación, quien siendo uno de los hombres más ricos del mundo, su dinero no le alcanzó para comprarse un nuevo páncreas:

«Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida», manifestó. «Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo al fracaso se desvanece frente a la muerte», agregó.

¡Cuántas decisiones tomadas en base al orgullo y la prepotencia!

¡Cuántas decisiones implementadas sobre la base de “crecer” y aumentar rentabilidad a consta de empleos!

Recordar la pequeñez y la fragilidad de nuestra vida debe ser un marco de referencia que jamás se puede perder de vista, especialmente en el mundo del trabajo y los negocios. Sólo recordando este tema en todas nuestras decisiones aprenderemos a ser más buenos, más justos, menos prejuiciosos y menos perdidos por el mercado que exige cubrirnos con metal y plástico (en forma de coches, de móviles y otros cientos de aparatos) para darnos valor y estatus.

Trabajo y salario justos. Costos razonables y riqueza compartida. Condiciones de trabajo dignas y generosas recompensas para los trabajos excelentes.

Comprensión con el débil, con enfermo y los menos favorecidos.

En este mundo loco donde vale más el oro que el hierro, siendo más útil el segundo que el primero, si nos volvemos más humanos nos alcanza para que todos vivamos bueno.

Ramon Chaux

Psicología organizacional

[email protected]

Comentarios