Coyuntura Política

Publicado el Renny Rueda Castañeda

Democracia. Ciudadanía de base científica. Colombia. Aproximación. Contexto Internacional.

Las formas de democracia representativa actual oscilan en construir información a partir de los intereses de mercado, o las agendas de los gobernantes de turno. Mientras tanto, la capacidad organizacional de las sociedades queda marginada a seguir los patrones culturales y sociales que estos actores determinan con sofisticación en los medios de comunicación. El dilema funcional del modelo, presenta una paradoja; al mismo tiempo en que el sistema se reproduce insosteniblemente, el ritmo de destrucción del medio ambiente, los niveles de desigualdad global, los niveles de influencia de intereses de mercado en medios de comunicación y en la cultura de masas, la emisión de gases de efecto invernadero que altera los ciclos térmicos globales, y los fenómenos críticos de carestía de materias primas en países de renta alta, aumentan paulatinamente.

Las formas de organización actual son incapaces de contener la evolución e influencia de actores que concentran poder, y que equivocadamente conciben la sociedad como un ente auto regulativo, mientras este no ponga en riesgo su posición política o económica. Por otra parte, la marginación de las sociedades en el debate de la vida pública ha hecho que los individuos se desentiendan de la trascendencia del ejercicio de la política, y por ende, se vean desplazados a asegurarse fuentes de existencia digna que reducen los beneficios de la mayoría, y los convierten en actores productivos de una competencia desenfrenada en lograr una posición ostentada por una reducida porción de la sociedad. 

El destino de las sociedades no obstante no está determinado por las minorías, sino por las mayorías. En Colombia por ello, urge un cambio fundamental del orden político que remplace la desenfrenada competencia basada en valores de mercado y oportunismo, por una basada en mérito y conocimientos. Con ello, se tiene que iniciar un proceso que remplace los mecanismos coercitivos institucionales, por dispositivos organizacionales y fortalezas culturales que aseguren la inclusión de la sociedad en el proyecto de construcción política de un orden sostenible.

Colombia en este momento tiene que hacer tránsito de ser un sistema de organización social de mercado, por un sistema de organización social de base científica. En este contexto, urge que el sistema de valores del país, destinado a reproducir esquemas de identidad de consumo, se incline paulatina pero firmemente a adoptar una cultura del conocimiento. La conformación de sociedades de base científica es una demanda sustancial de una modernidad que se impone aceleradamente en contados países de renta alta. Los mayores activos de las sociedades sostenibles política y económicamente actuales no están determinados por su capital, ni sus recursos naturales, sino por la educación de sus ciudadanos.

Durante la mayor parte del siglo pasado, la posición financiera e intelectual dominante de algunos países europeos y de los Estados Unidos, incentivó la reproducción de un orden político basado en la explotación de los recursos naturales y de las condiciones de necesidad de grandes segmentos de población, tanto en su territorio, como en otros territorios. La adopción de este esquema de orden social sin embargo, con el incremento en la educación de los individuos, y el paulatino surgimiento de nuevos países, se concibe desde ya como problemática. Las nuevas generaciones de ciudadanos con acceso a educación, saben que los modelos de consumo y organización basados en el capital reproducen esquemas de insostenibilidad y explotación de ciudadanos dentro de su propio territorio como en territorios foráneos, desarrollando una distorsionada ética de la vida . Si Colombia quiere sobrevivir a la influencia de actores externos e intereses de capital sobre sus formas de vida local, la única salida que tiene es iniciar un proceso intenso de vocación científica que le permita en los años por venir, reorganizar las estructuras productivas y organizacionales, sin caer en el círculo de destrucción medioambiental y reproducción de desigualdades de la gran mayoría de países del mundo en la actualidad.

En el contexto global, a diferencia de otros países, la situación de Colombia en materia de acceso a capital que le permita sofisticar sus procesos organizacionales, es totalmente adversa. Incluso a pesar de que hoy en día nuevas economías periféricas se adhieren al sistema económico global, los flujos de rentas de capital actual siguen concentrándose exclusivamente en las naciones industrializadas o de económica geoestratégica como la China. Ello conlleva paulatinamente a que ellas directa o indirectamente, determinen el ritmo de desarrollo industrial e inversión en las economías periféricas, mientras que implementan procesos de organización y tecnología que abastecen con materias primas de países de renta media y baja.

Hoy, por ello, las mayores defensas de las que puede hacer uso una sociedad contemporánea de periferia, están basadas en la formación rigurosa de una ciudadanía altamente informada, educada, y culturalmente capacitada para hacer frente organizacionalmente a la influencia de un medio global complejo. Para hacer tránsito a estos esquemas, se requiere la adopción plena de decisiones políticas estructurales que redirijan a la población civil a hacer parte de ese nuevo estadio de organización. La construcción de sociedades de base científica no solamente es un esquema de organización, sino una filosofía de vida. Un principio que urge ser incluido como eje transversal del debate nacional formal, y en medios de comunicación. Pretender que las problemáticas de la modernidad pueden ser abordadas desde una perspectiva distinta, es un acto de candidez que tiene un costo sobre las poblaciones, el medio ambiente, las formas de vida sostenibles, y la dignidad de las nuevas generaciones.

 

 

Decálogo ejecutivo. ECODEMOCRACIA

Renny Rueda Castañeda

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