Gracias a las cámaras instaladas en nuestros celulares y a espacios en el mundo virtual como éste, podemos ejercer una demanda pública de control sobre las actividades de las autoridades, en este caso específico, de la Policía de Tránsito.
Yo creería que estas imágenes hablan por sí mismas, en particular, si se amplía la resolución de la primera y se advierte que son visibles los soportes de la cabecera de la silla, lo cual es prueba de que el vehículo sin conductor está estacionado en la vía pública. Mas quizá convenga proporcionar la mayor información posible.
El día 23 de febrero, a las 3:30 pm, aproximadamente, me acerqué al carro de la policía y vi que estaba vacío. Un miembro de la Policía de apellido Sanín, pues tal fue el apellido que vi en su uniforme, es la persona que aparece oscuramente en la siguiente foto. Este policía salió del taller de forros a contestar una llamada telefónica de un capitán, hecho que aproveché para preguntarle por el estacionamiento del carro de la policía en la vía pública.
La respuesta que me dio era que estaba esperando a que terminaran las refacciones del vehículo privado que aparece en la imagen. Le repliqué que el vehículo de la Policía estacionado en la carrera 30 estaba obstaculizando el tráfico y contribuyendo al trancón. La respuesta que recibí del policía fue que el trancón venía desde más atrás y, además, que no estaba haciendo nada indebido al dejarlo estacionado allí. ¿Qué pasaría si la situación fuera la inversa, que fuera el oficial quien me preguntara y yo quien le respondiera?
Los ciudadanos que se estacionan en la vía pública merecen sanciones y las reciben cuando están presentes oficiales que cumplen la ley. ¿Qué pasa cuando son policías quienes estacionan en la vía pública en desarrollo de actividades que no tienen que ver directamente con sus funciones? Espero que la Policía imponga una sanción ejemplar en este caso.