Una reciente lectura del artículo del profesor Nicholas J. Cull, The Prehistory of U.S. Public Diplomacy1, en el que señala que la redacción de la Declaración de independencia de los Estados Unidos constituye el primer acto o manifestación de diplomacia pública, me lleva a la reflexión sobre los antecedentes inmediatos de este tipo de diplomacia en Colombia.

Es un ejercicio de captar la forma, contenido y mensaje de la diplomacia pública colombiana del siglo XIX, que para entonces hacía los primeros esfuerzos por atraer la atención del público extranjero en su lucha por la emancipación de la corona española para constituirse como república independiente y lograr su reconocimiento por la comunidad internacional, según nuestro blog ¿Qué hay detrás de un nombre en la diplomacia colombiana? (consultar: https://diplomaciapublica.co/que-hay-detras-de-un-nombre-en-la-diplomacia-colombiana-ii/).

https://www.telesurtv.net/telesuragenda/Carta-de-Jamaica-20150903-0043.html
https://www.telesurtv.net/telesuragenda/Carta-de-Jamaica-20150903-0043.html

Tuvimos la oportunidad de conocer, junto con mi hijo, al profesor Cull durante un trabajo de investigación en los hermosos campus de The University of Southern California y quien para entonces se desempeñaba como director de la maestría del programa de Diplomacia Pública. He seguido con gran interés sus aportes en la diplomacia como una herramienta útil para los países que buscan conquistar los corazones y las mentes del público local y extranjero.

Naturaleza de la Carta de Jamaica en la Diplomacia Pública
Reiteramos que la Diplomacia Pública es la diplomacia del ciudadano; busca potenciar la imagen e identidad nacional de un país, atraer, por medio del poder blando, la opinión pública internacional y la forma como el país y su gente es percibida.

Escrito en 1815, este histórico documento logró el importante cometido de conquistar la atención tanto de los ciudadanos británicos como de otros países para consolidar la independencia de Colombia de la corona española. La Carta, parafraseando al profesor Cull con respecto al presidente Lincoln, constituyó la red comunicacional del Libertador Simón Bolívar,representa su pensamiento y es considerado uno de los documentos fundadores del pensamiento de la América Meridional.

Corría el año de 1815 y el libertador Simón Bolívar, desterrado y frustrado en la causa de la independencia, recibió una misiva de Henry Cullen, ciudadano y comerciante británico, residente en Falmouth al noroeste de la caribeña isla de Jamaica, para entonces una posesión inglesa, pidiéndole información sobre el Nuevo Mundo y “la situación de los americanos y sus esperanzas futuras”. Observe amigo lector que uno de los actores es un particular, no funcionario o miembro del gobierno, interesado en los acontecimientos de una América Meridional. Su mensaje implicaba el mayor interés en la suerte de la política exterior de esta latitud2:

“Contestación de un americano meridional a un Caballero de esta isla.
“[Kingston, setiembre 6 de 1815]
Muy Señor mío:
Me apresuro a contestar la Carta de 29 del mes pasado que V. me hizo el honor de dirigirme, y yo recibí con la mayor satisfacción.
Sensible como debo, al interés que V. ha querido tomar por la suerte de mi patria, afligiéndose con ella por los tormentos que padece, desde su descubrimiento hasta estos últimos períodos, por parte de sus destructores los españoles, no siento menos el comprometimiento en que me ponen las solícitas demandas que V. me hace, sobre los objetos más importantes de la política americana. […].
En mi opinión, es imposible responder a las preguntas con que V. me ha honrado. El mismo Barón de Humboldt, con su universalidad de conocimientos teóricos y prácticos, apenas lo haría con exactitud; porque, aunque una parte de la Estadística y Revolución de América es conocida, me atrevo a asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas, y por consecuencia, sólo se pueden ofrecer conjeturas más o menos aproximadas, sobre todo, en lo relativo a la suerte futura y a los verdaderos proyectos de los americanos; […].
Como me conceptúo obligado a prestar atención a la apreciable carta de V., no menos que a sus filantrópicas miras, me animo a dirigir estas líneas: en las cuales ciertamente no hallará V. las ideas luminosas que desea; mas sí, las ingenuas expresiones de mis pensamientos. […]”.

Imagen e identidad nacional son otros ingredientes que refrendan la naturaleza de este acto en el contexto de la Diplomacia Pública. La Unesco señala que la Carta de Jamaica es parte de la Memoria del Mundo. Le entregó a Colombia el certificado de inscripción de la “Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla”, también conocida como la Carta de Jamaica en el Registro Memoria del Mundo de la Unesco, el cual expone la visión de Simón Bolívar sobre la situación política de América, que para la época se encontraba en campaña independentista y que, para quien escribe, constituye una de las primeras pruebas documentales de lo que representa la diplomacia pública en la historia nacional.

*José Miguel Castiblanco, director del Centro de Diplomacia Pública & Corporativa. Es abogado y Máster en Relaciones Internacionales, Diplomacia Pública. Embajador (r) de la Carrera Diplomática y Consular de Colombia.

[1] Cull Nicholas J., How we got here publicado en Toward a new Public Diplomacy.

[2] Antonio Cacua Prada, miembro de la Academia Colombiana de Historia y de la Lengua, describe la llegada de Bolívar a Kingston y recoge los pormenores de la promulgación de la Carta de Jamaica, tomando como fuente el periódico The Royal Gazette de Kingston, n.º 20, que informa sobre la llegada a Port Royal del pasajero Simón Bolívar. Recuperado de: https://revistas.udenar.edu.co/index.php/rceilat/article/view/3789/5261

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