El Gocho

Publicado el ghernandez

La lluvia y Amaranto acabaron con el viernes en Barranquilla

El sol quería salir, pero la lluvia se lo impedía. Densas nubes grises se posaron sobre el cielo barranquillero tras pasadas las horas del almuerzo y para la selección Colombia la derrota del astro rey, ante los chaparrones, fue la advertencia quizás de lo que pronto pasaría en el gramado del Metropolitano.

La esperanza es lo último que se pierde... allá vamos Brasil 2014.
La esperanza es lo último que se pierde... allá vamos Brasil 2014.

“Te vas a ‘mamá’ cuatro veneco”, me decían algunos… otros más educados me advertían que 2003 hace rato había pasado (año en el que Juan Arango le dio el triunfo a la vinotinto de Richard Páez en Barranquilla) y cómo no, estaba el que titubeaba y advertía que esta Venezuela no era un hueso fácil de roer.

Pero ni la lluvia, ni los trancones de una congestionada ciudad hicieron mella en los verdaderos fanáticos de la selección Colombia, que con boleta en mano se fueron a ver a la tricolor. Tuvieron que ser la verdad pocas las entradas que se quedaron ‘ponchadas’ en los bolsillos de los revendedores (uno en cada esquina de la ciudad).

La verdad que cuando me dijeron que Barranquilla era ‘la casa de la selección’ por el ambiente y porque el rival se asustaba con esas 60 mil gargantas intimidándolo desde las gradas y porque los jugadores colombianos se verían arropados por ese público maravilloso durante 90 minutos, les creí inocentemente.

Algo faltó entonces, porque si bien el ambiente previo era el apenas lógico a un partido de la selección (cosa que también viví en Bogotá, Medellín y Cúcuta) con el pasar de los minutos parecía que estuviese en un Millonarios vs. Equidad, pues eran como los tres mil de siempre cantando, motivando y el resto de las graderías vacías.

Y no es que las del Metropolitano estuviesen desocupadas. Bastaba alzar la mirada y era un mar de camisetas amarillas lo que se veía en la tribuna, en contraste con un puñado de hinchas vinotintos.

El famoso ‘Colombia-Colombia’, que se escucharía en cualquier estadio del país, arrancó al minuto 8 de juego y al 30 se volvieron a entusiasmar para cantar el ‘ole’ a los venezolanos… y después de eso fue un tal cual: apague y vámonos…

No es que no se hubiesen entusiasmado con los remates posteriores de Jackson, Teo, Dorlan, James y compañía, pero fueron gritos apenas normales…

Me quedé esperando esa REACCIÓN del jugador 12 que tanto proclamaron para traer la selección nacional a Barranquilla…

“Tranquilo que así Colombia pierda, aquí se vivirá una fiesta mi hermano”, me dijo un colega y cuando subí al taxi que me sacó del estadio lo primero que advirtió el conductor fue: “ese Amaranto y la lluvia acabaron con el viernes en Barranquilla”, y si lo dice un taxista, pues…

Con eso el hombre me lo dijo todo… los rumbeaderos claro que estaban abierto y por supuesto que había algunas mesas con gente departiendo con la tricolor puesta, pero no todo ese ‘marketing’ que le venden a uno en el resto del país con respecto a la capital del Atlántico cuando se trata de ver a la selección jugar en el Metropolitano….

Y sí, puede que la lluvia haya influenciado y que la novatada de Amaranto Perea que permitió el empate de Venezuela hubiese bajado los ánimos de miles, pero y …Ajá?

Mi Twitter es  @chamogabriel y los dejo con este video de las reacciones de los jugadores, tras el empate en lo que fue el partido correspondiente a la tercera jornada de las eliminatorias a Brasil 2014.

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