El Cuento

Publicado el ricardogonduq

Del monte ¿para dónde?

Esta es la historia de ‘Julián’, Camila, Josias y ‘Marcela’, cuatro menores de 30 años que han sido actores y testigos de la guerra en el país. Nacieron cuando ella ya estaba en su peor auge y han visto desde sus orillas, cómo han pasado las balas de un lado y de otro, algunas veces más cerca de lo que quisieran…

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Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

Los dos están sentados en un salón de la Policía Nacional, donde por obvias razones se siguen sintiendo incómodos, a pesar de que les repiten que están ahí para comenzar una nueva vida. Están nerviosos y su mala cara dice sin decir, que no les gusta que haya extraños preguntando sobre ese pasado tan inmediato que acaban de dejar en las filas de las Farc.

Así, con mucha desconfianza, comenzó hace un tiempo mi encuentro con ‘Julián’ y ‘Marcela’, dos desmovilizados del frente 47 de la guerrilla que recién habían escapado de su campamento para empezar lo que en el Gobierno llaman “el proceso de reintegración”. Después de unos minutos, la prevención se pierde y comienzan a hablar más que monosílabos. Van contando: Él tiene 26 años y desde los 19 estaba en las Farc haciendo “lo que me pusieran” y ella, con 28 años, perdió la cuenta del tiempo que tuvo que estar en el monte. Su cuerpo, su cara, su expresión, ya no parecen las de una mujer joven.

Aunque piensan muy diferente y sus motivaciones para estar en ese frío salón no son las mismas; al volver a la realidad de la llamada vida civil, de algo sí parecen estar seguros: que su futuro no parece nada fácil.

Tiempo después, por estos días, una consigna se ha venido escuchando en las plazas de algunas ciudades del país y viendo en las redes sociales. La de algunos que con camisetas blancas y letras azules repiten: “Sin juventud, no hay posconflicto”. Uno de los líderes de ese movimiento es Josias Fiesco, también un joven, pero que conocí en otras circunstancias para nada parecidas a las de ‘Julián’ y ‘Marcela’.

Josias tiene 25 años y aunque naturalmente ha vivido la guerra sin ser actor de ella, responde que está saliendo a las calles con otros que sí se parecen a él para buscar una respuesta, para evitar que los ex compañeros de ‘Julián’ y ‘Marcela’ que siguen en el monte, pasen de uno a otro grupo armado si se firma la paz con las Farc. “Van a ser 6 mil jóvenes los que van a quedar en el limbo. Y el temor es que con ellos se repita el caso de las maras en Guatemala y El Salvador” apunta Josias, antes de un viaje a Pereira, para seguir su gira.

Sería un fracaso para el ideal de paz que hoy vende el Gobierno, que se repitiera en Colombia el drama de los países centroamericanos, donde los jóvenes sin futuro empezaron a agruparse en esas maras –o pandillas– para robar y asesinar. Analistas del conflicto allá, recuerdan que al final de la guerra civil en El Salvador en 1992, había 17 muertos por día en el país. Ahora, por cuenta del problemita que se volvió problemón, hay 14 muertos diarios. La firma de la paz, dicen con nostalgia, no trajo ningún cambio.

“Muchos de nuestros jóvenes van a pensar que es mejor seguir traficando, por poner un ejemplo, que ganarse un millón 800 mil pesos mensuales”, apunta Josias, que es la cifra que se ha especulado –y el Gobierno ha negado– le pagarán a cada guerrillero cuando se llegue al final del proceso de La Habana.

Por eso, escuchar hablar de toda esa falta de oportunidades inevitablemente me lleva a la mesa en la que ‘Julián’ con la mirada perdida, tenía apoyados sus brazos el día que fui a entrevistarme con él. Ya me decía ese día que no veía mucho para  hacer ahora que estaba por fuera de la guerrilla.

Sorprendentemente me di cuenta que semanas antes, había sido casi obligado por su compañera (que ya creo que novia) ‘Marcela’ para que abandonaran la guerrilla. Porque ahora sin un fusil apuntándole para que dijera lo que le ordenaran, me contaba que creía firmemente que la vida en el monte no estaba tan mal.

-Usted allá tenía comida, los tres golpes diarios. Tenía dormida segura sin que le cobraran nada y tenía salud ahí a la mano…

-¿Salud por qué? – le pregunté

-Pues porque en cada campamento había un guerrillero enfermero que estaba pendiente de uno, sin usted tener que hacer esas filotas de los hospitales acá – respondió seguro.

-¿Pero todo eso a costa de qué…?

Y guardó silencio como buscando esa respuesta que no tenía, pero que quería dar para convencerme de que allá, en el sanguinario frente 47 de las Farc, había aspectos de la vida mejores que los de muchos jóvenes en el país.

La Agencia Colombiana para la Reintegración ha explicado que a los reinsertados de cualquier grupo armado se les da una orientación psicológica, además de una ayuda mensual que puede llegar a los 480 mil pesos. Y aunque su gestión puede parecer revolucionaria para literalmente recuperar a estos ciudadanos, no parece suficiente. Hoy además, no está claro cómo serán estas contribuciones para los que firmen la paz.

Al lado de Josias, en su gira para dejar claro cómo evitar la reincidencia de estos jóvenes, está Camila Giménez, una estudiante de ingeniería industrial de solo 19 años. Ella pone sobre la mesa quizá una de las mayores brechas que van a existir entre uno de nosotros, jóvenes en la ciudad, y los que están en el monte: la educación.

“Hoy el Gobierno no está realmente preocupado por los jóvenes y por su educación y ¿ahora van a venir a hacerlo por ellos? Si es así, aunque también necesitan resocializarse, es posible que se encuentren con una negativa de mis compañeros para que estudien juntos” plantea Camila, que en medio de dificultades económicas logró una beca para estudiar en la Universidad Militar.

Aunque ella cree que a todos deben darles la oportunidad, también pide que en programas que buscan superar ese abismo en educación, como ‘Ser pilo paga’, haya más controles para que quienes obtengan los beneficios, realmente los necesiten. El reto social y económico que se viene es inmenso, no será fácil.

Así que, maravilloso que empiecen las zonas de concentración y la entrega o dejación de armas de las Farc. Que el 23 de marzo haya otro día histórico con la firma del cese bilateral con la guerrilla. Todo eso estará muy bien. Pero en la práctica, si el desempleo juvenil en 2015 llegó al 15.3 por ciento, ¿qué va a hacer el país con los miles de menores de 30 años que están por venir del monte a la ciudad?

Un punto de giro: No llevo la lista de las comisiones que se crearon en el país para que terminaran fracasando. Pero de momento, pueden incluir en ella a la tributaria y a la que nombró el presidente Santos para investigar los escándalos en la Policía.

Aquí termina este cuento. Como me lo contaron te lo cuento. 

 

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