Más allá de la medicina

Publicado el jgorthos

TRAUMA Y VIOLENCIA EN COLOMBIA: PERSPECTIVA DEL CUIDADANO CORRIENTE

Sabemos los Colombianos cuál es la violencia y el trauma real que nos afecta ?   Miren ustedes : en el año 2014, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) registró por muertes violentas una tasa de 52,92 casos por cada 100.000 habitantes; el homicidio según la manera de muerte ocupa el primer lugar. Los años de vida potencialmente perdidos fueron 900.878 años y 371.142 años de vida saludables por lesiones no fatales. Es la gran conclusión del estudio Forensis que el INMLCF resume lo sucedido en el año 2014 en Colombia. Aún no se ha publicado lo sucedido en 2015. Debemos esperar que comportamiento presentó el país en este año. Es claro que la violencia de el llamado conflicto armado no es la que lidera la estadística; son las lesiones por violencia de la delincuencia común, accidentes de tránsito y otros.

Al buscar las comparaciones con otros países; pareciera que esa violencia estadísticamente ha disminuido; sin embargo la percepción es que seguimos matándonos; en ese mismo periodo la organización mundial de la salud muestra a Honduras como el país más violento de América con 103 muertes por 100000 habitantes ; mientras que el más bajo es Chile en la región  con 4,6 . Pero no obstante  aun el avance del siglo XXI ad portas del proceso de paz; la violencia en nuestras calles nos están arrebatando como muestran estos datos muchos años de vida saludable perdidos.

Esta carga de patología con un importante origen social, salpicado de una delincuencia común que se nutre de la entropía del control en las calles  y de una justicia para el ciudadano común a veces tardía o tan burocrática que alienta la  comisión de los delitos.

Pero el perfil epidemiológico se complica con los accidentes de tránsito que por el compromiso que adquirió el país  a nivel mundial con el decenio de la seguridad  vial pareciera no estar lográndolo pues se ha incrementado de 12,9 a 13,4 por 10000 habitantes entre lo publicado en 2005 y 2014 respectivamente. Estos días de Semana Santa que el uso de las carreteras aumenta; ¿qué pasará?  Cuantos Colombianos estarán en la semana de Pascua con traumas craneoencefálicos, fracturas de huesos largos, paraplejias por lesiones de la columna vertebral, etc ?

Quizás podríamos decir que estamos en una epidemia de «trauma de alta energía”; que con estos referentes oficiales de estadísticas debemos pensar que está pasando con estas víctimas no letales, donde están siendo atendidas, con que niveles de calidad y sobretodo como son los desenlaces de estas intervenciones en términos de resultados clínicos y medidas en capacidad de lograr proyectos de vida.

Es un hecho que esas cifras de años de vida potencialmente perdidos son un escándalo para una sociedad que en forma progresiva sigue buscando un sistema de salud que además de cobertura, eficiencia, sostenibilidad y modelo de atención; logre impactar los efectos devastadores de esta violencia.

Que hemos avanzado en el manejo pre-hospitalario del trauma?, cuantos pacientes logramos llevar a los centros especializados en la «hora » de oro? ,dónde y cómo deben tratarse estos pacientes ? , a que tecnología están accediendo esos heridos? ,  como lograr fomentar el desarrollo de nodos de investigación que generen centros de excelencia geo-referenciados en trauma y rehabilitación para tantos colombianos víctimas de la violencia «corriente», como demostrar que el trabajo interdisciplinar puede generar resultados en los pacientes que no puede ni debe ser medido con el bajo costo de un pago por evento de cualquier asegurador ; sino en los años de vida ahorrados en discapacidad para nuestros compatriotas. Es probable que por más esfuerzos que hagamos no podremos «empaquetar» el remedio a la violencia corriente y tengamos que continuar re-pensándonos políticas de salud pública en el contexto de la promoción y prevención de esa violencia y como innovar en el tratamiento y rehabilitación de tantos ciudadanos que se enfrentan aleatoriamente al salir de su casa cada día.

Definitivamente es una siniestralidad alta que es clasificada como enfermedad general; pero que impacta el desempeño laboral y a largo plazo el crecimiento país medido en esa productividad laboral pérdida.  El plan de beneficios de nuestro sistema de salud cubre a todos la atención al trauma y la rehabilitación. Pero estamos seguros que en ese momento crucial en el futuro de cada paciente ; estamos asegurando a todos los colombianos que accedan a  lo mejor?  O cada asegurador cumple con los mínimos requeridos sin proyectar en términos de país el impacto de esas atenciones? Las clasificaciones funcionales y la evaluación de las secuelas las estamos cuantificando?

Como ciudadanos que aportamos al sistema de seguridad social y ante los cambios de nuestros tiempos debemos subir los niveles de exigencia para estos casos y que los actores del sistema (EPS y Hospitales) nos aseguren lo mejor para estos casos de trauma de alta energía; que como vemos cada vez son más frecuentes y sobretodo generan un impacto en nuestra sociedad con muertes y secuelas funcionales irreversibles.

Comentarios