El Gocho

Publicado el ghernandez

Bogotá sí, pero no

Aplausos-GAP_9069bCuando apenas faltaban poco más de 30 minutos para el inicio del partido entre Colombia y Perú, la asistencia de hinchas apenas llegaba a 3.000

Sin embargo, con el pasar de los minutos los torniquetes se empezaron a mover con más frecuencia y finalmente fueron cerca de ocho mil los espectadores que acompañaron a la selección Colombia.

Por ese lado bien, porque realmente es meritorio que ocho mil personas se hubiesen  animado a ir al estadio, pese a la lluvia (que a esa hora caía en varios sectores de la capital), el frío, las incomodidades que por estos meses alberga El Campín al estar en plena remodelación, pero especialmente al desesperante tráfico capitalino en horas pico, cortesía de los cientos frentes de obra que adelanta el IDU en cada esquina de la ciudad.

Sí, es verdad que cuando a uno le gusta el fútbol los detalles mencionados anteriormente son minucias cuando de ir al estadio a ver a la selección Colombia se trata, pero influye el hecho de que por televisión también se hubiese podido disfrutar, incluso al son de una taza de chocolate caliente debajo de las cobijas o reunido con varias amistades y con algo de licor (esto último como para justificar aquello del frío que por estos días azota a la ciudad).

Pero a lo que voy es que quiero aplaudir a esas cerca de ocho mil almas que pese a todos los factores en contra, y sin saber lo que el destino y la selección les iba a deparar durante 90 minutos de fútbol, decidieron chaqueta y guantes en mano, acudir al llamado patrio.

Pero lo que sí no me parece correcto es que sólo hasta el minuto 72 se acordaron de a qué iban a El Campín.

Sólo hasta entonces retumbó en cada rincón del estadio el grito de ¡Colombia, Colombia!  y ya la selección llevaba más de 30 minutos de partido con el resultado en contra.

Había ido al descanso y había regresado con el 0 – 1 a cuestas ¿y el hincha?, bien gracias, con las manos en los bolsillos. (Espero que sólo haya sido por el frío de esa noche)

Eso sí que es imperdonable,  más allá del hecho de que la selección Colombia ‘no mereció’ el aplauso del respetable en esos primeros 45 minutos.

Espero que nada haya tenido que ver el hecho de que no había un solo jugador de Millonarios en la cancha y sí varios de Santa Fe, porque sólo eso justificaría que fueron los acostumbrados ocho mil que suelen acompañar al rojo de la capital.

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Yo soy de los que quisiera ver a la selección Colombia jugando la eliminatoria a Brasil 2014 en Bogotá, la capital, como debe ser y como lo es en la mayoría de naciones, pero ojo, que cuando le pregunté a ‘Bolillo’ Gómez que si se había sentido conforme con la ‘plaza’ y con la afición que acompañó al grupo, simplemente respondió: “Primero me preocupo por construir el equipo y luego miramos dónde jugamos…».

La lectura entre líneas quedó en evidencia, después no se quejen si se llevan la selección a jugar a Barranquilla o a Medellín.

Lo bochornoso: cientos de hinchas se fueron a los golpes en las graderías del costado sur, hecho que obligó la intervención de una descuidada policía, que no estaba preparada y se vio obligada a ‘salir corriendo’, pero por escudos protectores y bolillos.

No se entiende cómo estos llamados ‘hinchas’ armaron gresca pese a que pagaron boleta para entrar a alentar, apoyar y unir cánticos durante dos horas por una misma causa: sí, la selección Colombia, grupo de jugadores que está por encima de cualquiera de los 36 equipos profesionales que existen en el fútbol profesional colombiano.

Nos leemos en Twitter en  @chamogabriel

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