Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

¿Hace daño la pornografía?

 

Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho a menudo. La respuesta es: depende de la cantidad. En bajas dosis y para un cerebro viejo no hace daño, aunque no sea exactamente deseable; en altas dosis y en un cerebro joven y plástico es claramente dañina. Lo siguiente es lo que un número considerable de estudios han hallado. 

La Internet ha facilitado el camino para consumir pornografía. Desafortunadamente es de muy fácil acceso para quienes más daño inflige: niños, adolescentes y jóvenes adultos. En una encuesta realizada por el sicólogo Chiara Sabina y colegas, de Penn State, Harrisburg, realizada en 2008, se llegó a la conclusión de que el 90% de hombres y el 60% de mujeres habían visto pornografía antes de los 18 años de edad. Se observó que el consumo de pornografía en Internet disminuye en la medida en que aumenta la edad del usuario. El número se reduce a la mitad entre las personas mayores de 40 y menores de 50. Hay una diferencia nítida e innegable que depende del género: los hombres consumen más pornografía que las mujeres; estas prefieren los chats sexuales, prefieren la interacción como método de estimulación. La gente que ve pornografía lo hace por lo general más ocasional que asiduamente. Según los estudios realizados por Alvin Cooper, del Centro de sexualidad de California, en 9.000 usuarios, la mitad, en su mayoría hombres, gasta una hora o menos a la semana mirando pornografía; el 45% gasta entre una y diez horas a la semana; el 8%, más de once horas a la semana, y un 0.5%, más de setenta horas a la semana. Algunos investigadores están de acuerdo, no todos, en que este último grupo se puede considerar “adicto” a la pornografía.

La pornografía es dañina, produce cambios en la sicología del que la consume, así como en la capacidad de interactuar románticamente con la pareja. Los investigadores, Ana Puentes de la Universidad de Arkansas y sus colegas llegaron a la conclusión de que las parejas de hombres consumidores de pornografía terminan reaccionando negativamente. El 42% estuvo de acuerdo en haberse sentido inseguras; el 39%, en que el consumo tiene efectos negativos sobre la relación; el 32% dice que el consumo afecta negativamente la vida sexual.

Otras investigaciones muestran que el consumo excesivo de pornografía genera cambios en la forma como el hombre se relaciona con su pareja; genera una tendencia hacia comportamientos más agresivos, sobre todo cuando el usuario ve pornografía violenta. Así mismo, el consumidor se torna menos comunicativo, más insensible hacia los deseos y presencia de su pareja. Los estudios muestran, no concluyen, que existe una relación entre consumo de pornografía, rasgos misóginos y actitud despótica hacia la mujer. Se podría suponer también que una previa insensibilidad hacia las mujeres podría ser causante del consumo excesivo de pornografía, y no al revés.

El consumo de pornografía se parece a la adicción por el juego, las dogas y el alcohol. Comparten algunos aspectos en común, como la falta de control frente a su uso y la continuación de su uso a pesar de que se le reconozcan los efectos negativos. Por otro lado, su uso no desarrolla ni tolerancia ni síndrome de abstinencia, dos características propias de las adicciones.

Cuando el consumo de pornografía es excesivo puede rebajar la capacidad de desempeñarse bien en las tareas prácticas de la vida, así como reducir la capacidad de sentir satisfacción sexual. Los investigadores belgas, Dolf Zillmann y Donn Byrne, han sugerido que los altos estados de excitación alcanzados con la pornografía estimulan los comportamientos impulsivos y producen una sensación de permanente «inquietud». Estos estados pueden poner en peligro las acciones que requieren largos períodos de atención constante. Capacidades como las de planear, retrasar la gratificación y fijar objetivos a largo plazo se ven disminuidos con el uso de pornografía. El rendimiento académico disminuye y también la percepción y seguridad en sí mismo.

En la sexualidad, los daños son evidentes. Entre los consumidores jóvenes de pornografía la tasa de disfunción eréctil es del 27 al 33 %, la tasa de baja libido está entre 16 y 37%, y es mucho mayor si se trata de hombres de más de 40 años. La “anorexia sexual”, descrita como falta de deseo, es otro de sus efectos. Esta termina por destruir las relaciones de pareja. Varios estudios recientes arrojan los mismos resultados: anorgasmia, bajo deseo sexual, eyaculación retardada y activación cerebral inferior frente a imágenes sexuales sin movimiento. Una minoría de personas no presenta ningún efecto negativo al consumir pornografía. Por otro lado, no se ha visto en ningún estudio una correlación entre el uso intenso de pornografía y una libido alta, pero si hay muchos estudios que muestran relación entre el uso intenso de pornografía y poca actividad sexual con las parejas reales.

Muchos hombres jóvenes se desconciertan cuando constatan que su reacción de excitación con la pareja real es pobre: mala erección y eyaculación retardada. El consumidor de pornografía se acostumbra a asociar la respuesta sexual con el choque, la sorpresa o la ansiedad, todo lo cual aumenta la dopamina y la excitación sexual. Estos aspectos no se presentan en la vida real sino muy raramente. El mundo virtual crea una gran separación entre los dos mundos. Para un cerebro de cazador-recolector, preñar cuantas hembras fuera posible era lo mejor desde el punto de vista genético, y en internet, un hombre tiene la ilusión de que ha copulado con una docena de mujeres en un lapso de media hora. Pero la sexualidad no es solo penetración y eyaculación, es compromiso, romanticismo, caricias, olfato, demostraciones de amor, creación de lazos entre dos que se aman, intimidad sicológica y confianza. La sexualidad de la pornografía es una forma de violación; sin duda es penetración y un tipo de dominación. Por eso, en los jóvenes es más dañina, porque sus cerebros son plásticos, maleables y están en período de formación; están aprendiendo y formando sus comportamientos y actitudes frente a las parejas sexuales y emocionales de la vida real.

La pornografía causa disminución de la materia gris, así como la repuesta de excitación ante imágenes sin movimiento o fotografías sexuales; a esa conclusión se llegó en un estudio realizado por el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, en Berlín, en el cual se escanearon cerebros de asiduos a la pornografía. El investigador líder, Simone Kühn, cree que el consumo de pornografía desensibiliza, duerme la capacidad de placer en la vida real, y considera que una respuesta disminuida al placer en la vida real (desensibilización), sumada a un cerebro ansioso, que busca alivio a corto plazo (sensibilización), es lo que subyace a la mayoría de las adicciones.

Repetidos estudios han mostrado que eliminar la pornografía de la vida mejora significativamente la capacidad de retrasar las gratificaciones en la búsqueda de más valiosas recompensas futuras. Se mejora la libido y la capacidad de mantener la erección durante la relación sexual y se prolonga el interés en la pareja. Entre otros beneficios están: mejora en la capacidad de pensar, rebaja de ansiedad social, rebaja de comportamientos compulsivos, mejora de la memoria y de la motivación, aumento de carisma, y se vuelve a tener relaciones más profundas con las personas.

Otro aspecto para considerar es que cuando se consume pornografía se está patrocinando la mafia que la produce. La mayoría de las actrices pierden sus trabajos velozmente y son reemplazadas por nuevas. La sociedad las discrimina, las considera prostitutas y no les abre un puesto para acogerlas. Son historias muy tristes las del mundo de la pornografía. En ese sentido hay que pensarlo muy bien a la hora de consumir pornografía.

Artículos recomendados

How Porn Is Messing with Your Manhood. BY PHILIP ZIMBARDO & GARY WILSON en: http://www.skeptic.com/reading_room/how-porn-is-messing-with-your-manhood/

Sex in Bits and Bytes:

http://www.scientificamerican.com/article/sex-in-bits-and-bytes/

Get the Facts, en:

http://www.fightthenewdrug.org/get-the-facts/

Ted Talks:

The Great Porn Experiment, en: https://www.youtube.com/watch?v=wSF82AwSDiU

Why I stopped watching porn | Ran Gavrieli | TEDxJaffa, en : https://www.youtube.com/watch?v=gRJ_QfP2mhU

 

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