¿Dónde están las leyes que nos protegen de las falsas píldoras medicinales y de los venenosos suplementos alimenticios? La regulación es pobre y por eso se venden en las tiendas naturistas y farmacias, sin cuidado alguno, y sin advertencias sobre sus efectos secundarios.
Los suplementos alimenticios no pasan ninguna prueba de seguridad o eficacia antes de ser comercializados. Los compramos seducidos por frases imprecisas como: «estimula el sistema inmunológico», «mejora la salud de la próstata», “aumenta la energía”, “previene el cáncer”. Y si uno pregunta a los productores, qué quieren decir esas frases, nadie sabe.
Los suplementos son inventos del mercado, para vender la ilusión de salud, atractivo y juventud; por eso son casi cualquier cosa que se les pasa por la cabeza, desde vitaminas, minerales, bebidas de té de hierbas, hierbas, productos botánicos y aminoácidos, hasta sustancias que no tienen nada que ver con lo que usualmente consumimos.
Los suplementos dietéticos generan utilidades billonarias cada año. En Estados Unidos, personajes como el senador Orrin Hatch, de Utah, y el senador Tom Harkin, son responsables de la irresponsable idea de crear el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, antes conocido como el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa o NCCAM, que avala estos productos.
Dentro de los suplementos dietéticos, los que se han fabricado a base de hierbas no actúan, y cuando actúan es porque se les han mezclado químicos que actúan como las drogas. Uno de los aspectos que la gente no considera, muchas veces porque no lo sabe, es que las drogas que pasan las pruebas de DFA buscan ser cada vez más “limpias”, más precisas en sus componentes, más libres de efectos secundarios, mejor reguladas en sus dosis y usan la cantidad mínima que se necesita para que cumplan su propósito, sin causar daños. Los suplementos, en cambio, son “sucios», en el sentido de que están mezclados con todo tipo de sustancias; así que cada sustancia va a actuar por su lado. Muchos de los extractos vegetales crudos no contienen cantidades suficientes del componente activo; por tanto, es necesario purificarlos, y muchas veces modificarlos químicamente, para que aumenten su absorción, su estabilidad y la forma como actúan en el cuerpo. Los defensores de la medicina a base de hierbas olvidan que estas presentan efectos adversos. Se ha encontrado, en análisis de laboratorio, que muchos de estos productos ni siquiera contienen las hierbas que anuncian contener.
Uno de los suplementos de la marca Gary Null estaba recargado con una sobredosis de vitamina D, diez veces mayor que la necesaria, convirtiendo el producto en tóxico. Al dueño de la compañía casi lo matan dándole de su propia medicina, como dice el chiste, pero fue verdad. En el producto llamado Jack3d se alegaba que contenía compuestos extraídos de plantas naturales, cuando en realidad se comprobó que utilizaba estimulantes sintéticos, fabricados en una fábrica química en China.
El producto llamado OxyElite Pro contiene una sustancia: la aegeline, que se extrae de Aegle marmelos, planta con una larga historia en la medicina ayurvédica. El consumo de aegeline produce lesión hepática. La empresa que produce el OxyElite Pro nunca confesó que añadía aegeline al suplemento.
Muchos suplementos dietéticos para adelgazar (Marca Bethel) contienen sibutramina. La sibutramina fue retirada del mercado en 2010, por sus efectos adversos graves: infarto del corazón y derrames cerebrales.
La digoxina es una de esas drogas cuya ventana terapéutica es estrecha: un poco más dosis de la necesaria, y envenena. Por esa razón no mandan a mascar las hojas de la planta que la produce, la Digitalis purpurea, ni a tomar infusiones de las mismas.
En un gran estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), llevado a cabo por investigadores de la División de Promoción de Calidad de Salud, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, y Chenega Gobierno de Consultoría; y el Centro de la División de Informática y Análisis de Salud Pública de la División de Programas de suplementos dietéticos de Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada y, Administración de Alimentos y Drogas, descubrieron que estos suplementos alimenticios o dietéticos, como queramos llamarlos, mandaban a 23.000 personas, cada año, a los servicios de urgencias, y a 2.150 a hospitalización. En el 88,3% de los casos, la reacción adversa se debió a un solo complemento. La edad media de los pacientes fue de 32 años. En mayores de 65 años, el doble de los casos que visitaron urgencias, implicó hospitalización. Una quinta parte de las visitas la aportan los niños que han ingerido suplementos dietéticos sin la supervisión de los adultos.
Los suplementos alimenticios para bajar de peso causaron más eventos catastróficos que cualesquiera otros, sobre todo de índole cardíaco (42,9% de los pacientes). Suplementos para adelgazar y para aumentar la energía fueron los responsables del 71,8% de las visitas a urgencias, en su mayoría de jóvenes entre los 20 y los 34 años de edad. Los pacientes menores de 6 y los mayores de 65 años necesitaron ayuda médica después de haber intentado tragar píldoras de gran tamaño; las pastillas de calcio fueron las culpables de la mayoría de los casos reportados.
La Food and Drug Administration, de los Estados Unidos (FDA), en colaboración con otras agencias del gobierno, han identificado dentro de los suplementos dietéticos los potencialmente peligrosos o contaminados. Hoy en día existen en USA acciones penales contra 117 diferentes fabricantes y distribuidores de suplementos dietéticos y productos contaminados, comercializados como suplementos dietéticos. ¿Cuándo se aplicará este mismo control en Colombia?
Imagen de hospitalización por drogas
