Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Conviene aprender a

Del artículo de la revista El Malpensante, Saber hacer, escrito por Gabriel Zaid, surgen muchas reflexiones; podemos preguntarnos, ¿qué enseñanzas deberíamos tener en el colegio o en la casa que no recibimos y son importantes?

En el artículo Gabriel Zaid dice: «A todo ser humano le conviene saber andar con buena postura, andar en bicicleta, nadar, freír un huevo, pegar un botón, cambiar el empaque de una llave de agua o los fusibles de un interruptor, usar un serrucho o un martillo, pintar un muro, calcular un porcentaje, escribir una carta, dibujar un esquema, orientarse por la posición del sol, usar una brújula, tocar un instrumento musical, meter las manos para no recibir un golpe, usarlas para evitar una caída. Suponer que muchas de estas cosas no tiene caso aprenderlas, porque para eso están los de otra ocupación o clase social, produce adultos clasistas y tarados».

A todo ser humano (tanto hombres como mujeres) le conviene aprender a bailar. Como es algo que no se aprende bien de adultos, es necesario que desde la primaria se nos enseñe a bailar distintos ritmos, y además puede ser muy divertido. Esto debería formar parte del curso de gimnasia.

Nos conviene recibir unas bases de culinaria, para saber preparar un arroz, una sopa, un estofado, una carne a la plancha, una vinagreta. Debemos conocer cómo se usan el horno eléctrico y el de microondas. Cómo determinar la temperatura y el tiempo de horneados. Es importante saber usar los cuchillos, conocer la técnica de los cocineros para picar; es muy sencilla y evita muchos accidentes. Debemos aprender a amolarlos. Es fundamental saber usar el pocillo medidor y la pesa, así como tener una clara idea de las medidas de volumen y de peso, y como pasar de una a otra.

 

Nos conviene saber utilizar la cinta métrica, y saber tomar medidas.

Pegar botones y coger ruedos no es asunto de mujeres, como pudieran pensar algunos hombres, son conocimientos muy útiles.

Muy importante es conocer los procedimientos más comunes usados como primeros auxilios y, además, disponer en la casa y en el sitio de trabajo de un buen botiquín; no solo con alcohol, gasas y aspirina; no. Ese cursillo debe formar parte del curso de anatomía y fisiología.

Es conveniente saber dibujar un plano y un isométrico, y saberlos interpretar. Un plano para dar y recibir instrucciones, para llegar a un lugar, y además saber leer mapas. El isométrico es útil para explicar a un carpintero, a un albañil, o a un diseñador cómo es que queremos el arreglo de ese objeto o de ese espacio que vamos a trasformar.

Saber colgar un cuadro y utilizar el martillo adecuadamente. Saber manejar el taladro, reconocer las brocas de muro de las de madera; ah, y saber cómo se pone un chazo y cuándo se utiliza.

Saber cambiar los empaques de una llave de agua que gotea, y el empaque del inodoro, por el que se cuela el agua, y conocer cómo funciona el flotador y su ajuste para graduar el nivel del agua. Es necesario tener idea del manejo de las más comunes herramientas: llaves, sierras, mototool (todo hombre lleva un mototool en su corazón, dice una mujer que los vendía), destornilladores y alicates.

En los colegios dan clases de español y gramática en las que nadie aprende nada, ni de subjuntivos ni de pretéritos imperfectos. Qué útil sería aprender a escribir cartas para solicitar permisos, para renunciar a un empleo, para quejarnos o, al menos, cartas de amor.

No sobrarían cursillos sobre buenos modales en la mesa y en la vida social. Todo esto es también educación práctica para la vida. Y recordemos que solo el ejercicio real y la repetición refuerzan el aprendizaje.

 

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