Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Las cualidades de los defectos, los defectos de las cualidades

No se puede tener al mismo tiempo el día y la noche. Somos un complejo cúmulo de cualidades y defectos, pero lo que es mejor, las cualidades por las cuales ese tipo se enamoró de ella terminan muchas veces siendo tachadas de defectos. Es el otro lado de la moneda: las características humanas son ventajosas en determinadas circunstancias, no en todas. Si nos encantaba el tipo que en la fiesta hacía reír a todos con sus chistes y nos entretenía con sus fabulosas historias, o tocaba guitarra, no nos podemos quejar, unos años después, de que sea el mismo que nos exaspera con sus repeticiones, nos someta a oír los mismos chistes, los mismos cuentos y los mismos cantos. Se trata de reconocer el defecto de la cualidad y la cualidad del defecto. Ese ser social, entrador, seguro de sí, rodeado de amigos, con el tiempo es el mismo que se sigue reuniendo con sus amigos y sin nosotras. Es el mismo que nos hace esperar mientras saluda y conversa con cada uno de los vecinos y que los invita a pasar cuando ya estábamos enpiyamados.

El tipo generoso y gastón, que invita a todas partes y trae regalos costosos, también puede ser el mismo que derrocha más adelante sus ahorros y los nuestros, el mismo que no ha guardado nada para la vejez, el mismo que nunca se aseguró en los momentos de fortaleza de tener lo necesario en tiempos de vacas flacas. El amarrado, tan mezquino en sus gastos, que nos exaspera con su cuidadoso manejo del dinero quizás sea también quien ha considerado los posibles infortunios del futuro y ha guardado hasta el último peso.

El solitario que nunca quiere asistir a una fiesta, el nerdo que estudia y lee en los ratos libres, puede ser quien brilla en la conversación íntima, el que siempre tiene algo interesante que enseñarnos.

Ese tipo que entiende a las mujeres, que comparte nuestros temas, el cine y el gusto por la ropa, que se viste divino, puede ser el mismo que no cambia una llanta del carro cuando se pincha ni un bombillo cuando se quema ni entra la caja de cocacolas, porque se ensucia. El macho camacho que pasa el domingo debajo del carro y ve futbol el viernes por la noche también es un macho para defendernos, cuando hay que enfrentarse a una dificultad técnico mecánica.

El flexible que acepta lo que no nos gusta en los demás es también el flexible que acepta lo que no le gusta en nosotros. El flexible cambia de planes y a veces nos favorece. El inflexible es predecible, confiable, pero nos doblega y mortifica con su rigidez.

El santo que mantiene la moral muy bien ajustada puede ser el mismo que nos santifica con mirada reprobatoria cada vez que piensa que estamos actuando inadecuadamente.

Ese tipo lindo y además famoso, lo es para todas las otras mujeres también. El feíto al menos puedededicarse a uno y sernos fiel.

La mujer más hermosa de la fiesta puede ser la más difícil de complacer. Puede costar caro tenerla. La más feíta puede ser interesante y salir más barata.

La más hogareña –gran cualidad– puede ser horriblemente aburrida. La ejecutiva puede ser mala para mantener la casa y buena compañera de viajes y de vida. Una excelente madre puede interesarse poco en el marido y mucho en los hijos.

La más deportista, de cuerpo perfecto, a lo mejor gasta más horas en el gimnasio que contigo. La trabajadora incansable que aporta un buen salario y pasa los fines de semana en un avión no la ves sino en vacaciones. Es excelente en todo lo que hace, su meta es ser la mejor, su meta no eres tú.

Ella es una celebridad, un personaje público, sientes el orgullo de ser su pareja, pero su tiempo le pertenece al público y a los medios.

Ese tipo que nunca pierde el control y no se conmueve cuando tú lo estás, te parece, al principio, un tipo con control y dominio sobre el mundo, pero con el tiempo, un insensible. El que se conmueve contigo, tan tierno y humano llega a parecerte un llorón.

Esa que todo lo vuelve un chiste, qué gran sentido del humor, más adelante es la misma que parecer no tomarse nada en serio.

Una mujer muy atenta, dispuesta a hacer todo por ti, es la misma que llega a ser la controladora de todos los aspectos de tu vida.

La iniciativa puede convertirse en dominancia. El que te deja hacer todo a tu medida puede verse pasivo con el tiempo.

El más valiente, dispuesto a correr todos los riegos, puede también ser un irresponsable. El que sufre de la necesidad de cambiarlo todo, y es una delicia pues trae muchas cosas nuevas a la vida, hace viajes, nada lo detiene, solo que tú también dejarás de ser una novedad para él.
La independiente termina por no necesitarte, el dependiente termina por agotartede tanto necesitarte.

La expresiva termina viéndose histriónica e histérica, la inexpresiva termina siendo muerta, vacía, sin nada que decir.

Tus brazos largos termina siendo chuzos, tu esbeltez, flacura, tus curvas, gordura y descuido. Y así son los defectos de las cualidades. La verdad es que la pareja que nos enamora tanto es la persona que más puede irritarnos en el mundo. Cuando oigo la frase: tan bueno para vos que él no… me digo a mí misma, pero tan bueno para vos que él sí…

¡Somos horribles, nadie ni nada, a la larga, nos satisface!

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