Plazas de mercado
En el barrio Samper Mendoza hay un mercado de plantas comestibles, medicinales, y de hierbas dulces y amargas y arvenses (nunca decir malezas) para esoterismo. Fui a conocerlo porque era solsticio. Solo quería comprar un poco de tilo. Me habían dicho que brujos y brujas muy poderosos... Ver post completo.
Barrio en la montaña
Son jóvenes y son ladrones y viven en una invasión de terrenos y desde sus casas de tabla ven quién sube o quién baja de la reserva forestal. Cuando ven gente con apariencia de llevar objetos de valor, se emboscan. El profesor, que sube a correr todas las tardes, los reconoce... Ver post completo.
Incertidumbre
El niño apareció en la puerta del restaurante. La mujer que atendía trataba de apartar el bochorno con el aire caliente que empujaba un gran ventilador de aspas metálicas colgado como un gran pulpo blanco del techo.
-¿Seño, me puede cambiar esta moneda de doscientos en dos de cien?
Ella... Ver post completo.
Sin pruebas.
Ella estaba en un aeropuerto. Esperaba para salir a Bogotá. El vuelo se retrasaba y por el altavoz les daban dos opciones a los pasajeros: pernoctar en un hotel en la ciudad o ir en un vuelo a conocer Venezuela. Ella eligió ir a conocer Venezuela. El avión partía en seguida y bordeaba... Ver post completo.
Obsesiones.
Dejó de hundir los dedos en el teclado del computador y observó el ventanal. Eran ventanas de cuerpo entero. Llegaban hasta el suelo. Se levantó del escritorio y caminó a la más cercana. La ciudad quedaba a sus pies, diez pisos más abajo. El corazón se aceleró. Tomó el seguro de... Ver post completo.
La mirada del viajero
Me dice que su bisabuelo fue enterrado en un ataúd con forma de caracol. Me dice que el ebanista que lo hizo, realizó varios muebles de la casa y una cruz que le envío de Colombia a Roma al papa y de cuya constancia de recibido tenía una carta firmada por un cardenal. Me dice... Ver post completo.
Abogados.
-Si lo hubiera matado, no estaría aquí metido. A mi no me da pesar matar a nadie, pero a ese viejo sí. La esposa me pagó para que lo matara. Yo era jefe de una empresa de sicarios. La gente llamaba para mandar a matar. Fui a donde la señora. Me mostró la foto. Me dijo dónde localizar... Ver post completo.
Silencio sobre el mal ajeno.
Cuando llegó a la casa, ya no tenía el pelo. Había empezado por olvidar los nombres de los cubiertos y los trastos de cocina. Luego por olvidar leer las horas del reloj. Luego por llegar tarde a dictar clases de odontología. Luego empezó a enviar mensajes cercanos... Ver post completo.
Vélez.
Pinta presencias. Las ve aparecer entre los trazos mientras fuma Piel Roja y hace los primeros merodeos a la tela. Las oye. Las interroga. Presencias que se convierten en rostros vistos a la vez de frente y de perfil como en el cubismo. Me cuenta quiénes son los personajes de un cuadro. Un... Ver post completo.
Cumpleaños.
En un café de Pijao hay dos mujeres sentadas. Las vemos de paso y nos acomodamos lejos del sol. Pedimos granizados de café para bajar la insolación. Veníamos del río de algas que baña el pueblo. Un pueblo pequeño de la cordillera a donde vinimos porque yo lo elegí entre varios cercanos... Ver post completo.
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