Continúan saliendo a la luz pública las inigualables contribuciones de los hermanos Moreno Rojas al robustecimiento decisivo de la corrupción pública colombiana.
Bástenos por hoy con mencionar a dos de esas contribuciones, de las muchas e imponentes que engalanan las hojas de vida que a modo de sumario les abrió la Fiscalía a Samuel, el exalcalde de Bogotá, y a Néstor Iván, el exsenador de la República.
La primera no es otra que esa feroz resistencia de ambos a rechazar sobornos. En efecto, nunca, ninguno de los dos cedió a la execrable y desacreditada tentación de negarse a recibir los sobornos que les fueran ofrecidos por los contratistas. Nunca.
Y fue esa virtud férrea y no otra la que empujó a Iván y a Samuel a recibirlos todos, según informó hoy la Fiscalía.
La corrupción le debe a Samuel la segunda contribución, y fueron las invaluables capacidades de liderazgo, dirección y ejecución de que él hizo gala a la hora interminable y enriquecedora de desvalijar las arcas bogotanas.
Mejor lo dijo la Fiscalía cuando exaltó aquel talento ejecutivo de Samuel, asegurando que fue él quien «encabezó y dirigió» el concierto para delinquir que saqueó las finanzas del Distrito entre diciembre del 2007 y junio del 2010.
De manera que el apoyo de la banda que los patrocinó, el Polo Democrático, no se hizo esperar, y consiste en que allí consideran que Samuel e Iván han hecho con todo esto suficientes méritos para seguir siendo políticos de izquierda y de éxito.
Y a ser candidatos futuros a cualquier puesto o representación política de saqueo fácil y sin trabas.
Y más si ambos, Samuel e Iván, ya disponen por lo menos de un contundente lema de campaña del agrado del Polo y que los conducirá a ellos y al partido a la victoria final.
Y el lema es…¡DEJEN ROBAR A LOS MORENO!