Bike The Way

Publicado el Andrés Núñez

Semáforos en bicicleta, ¿parar o seguir?

Foto: El Espectador

En varios países es permitido, en Colombia el Código de Tránsito no lo permite, sin embargo a veces, s̶i̶n̶o̶ ̶s̶i̶e̶m̶p̶r̶e̶, decidimos pasar el semáforo en rojo. ¿Qué tan apropiado o no es hacerlo?

Para comenzar yo también me he pasado un semáforo en rojo, he sucumbido ante la tentación de ver pasar de verde a amarillo y acelerar sin piedad hasta llegar al otro lado, así que no seré un guardián de la buena moral y de las costumbres, solo intentaré ser razonable.

Permitir el paso en rojo de las bicicletas es una tendencia en el mundo, que ya está dentro de la norma en ciudades como París y es el único ejemplo que voy a mencionar, porque después dirán que eso es Europa y esto es Colombia, pero ¿por qué lo permiten? Por fluidez del tráfico no motorizado y porque bajo ciertas circunstancias no representa un peligro.

¿Y bajo qué situaciones representa un peligro? Cuando seguimos de largo sin detenerse a revisar si hay peatones cruzando por las cebras, (o por el cruce, porque aquí las cebras escasean en algunas partes) o cuando mientras hay autos cruzando, insistimos en pasar entre ellos.

Estoy de acuerdo en que en el país se necesita implementar nuevas reglas para el tránsito de bicicletas, ya que mientras no estén cruzando peatones y no hayan vehículos pasando un ‘caballito de acero’ podría pasar ya que tiene mejor visibilidad, menor distancia de frenado y no es una ‘mole’ de más de 500Kg, además de la bien conocida inseguridad que nos acecha.

¡Pero!

No estoy de acuerdo con esos ciclistas que, como diría Rubén Blades “el tipo se cree un James Bond” y se manda de largo en medio de las personas que están cruzando, y que puede que no cause un accidente, pero le deja a la gente el susto y la mala imagen para los ciclistas, o de esos que ven que hay carros pasando y están ahí pasándose a la brava.

No es solo el riesgo, es la falta de respeto con los demás actores viales y el mal ejemplo de unos pocos que termina opacando a muchos. Escribo esta entrada hoy, después de perder la cuenta de cuántas imprudencias vi en perjuicio del peatón y de la propia vida.

Comentarios