Bienestar en tiempos de drones

Publicado el Maria Pasión

¿Se murió una amiga y me enteré por Facebook?

FacebookDead

El terror que me daba de esta vida digital y su hiperconectividad se manifestó anoche. Una amiga, que encima vivía en mi misma ciudad, una mujer que aparecía en Facebook con un apodo de cariño, que desde hacía años le daba me gusta a algunas de mis publicaciones y con la que escasamente hablaba por privados porque con cada me gusta que le daba yo, o me daba ella, la sentía cerca. Todo es mentira, Vicky se murió anoche y me enteré por su maldito muro de Facebook.

La publicación de su muerte, cuando leí, me causó una terrible indigestión y me robó el sueño. ¿Tan desconectada estoy de todos y de todas las que quiero que me voy a enterar de su desaparición por un tuit o por un estado de FB?

¿Qué quién escribía en su lugar? Se estarán preguntando. Pues su marido, un tipo que no he visto en mi vida pero que ayer me abrió los ojos a mí y a otros cientos de “amigos” que seguíamos con gritos de ánimo, emojis a Vicky, que estaba plantándole cara al cáncer con un montón de fotos, actualizaciones y selfies que la hacían ver súper optimista cada vez que tenía que ir al hospital.

Claro que lo sacará adelante, pensaba yo, igual que el padre de Felipe, y que la mamá de Valeria, y que mi padre; pensaba yo mientras me encontraba con las noticias de Vicky en Facebook. Mírala que se ve bien, se ve sana, le queda bien ese vestido, mira que aparece sonriendo, y qué bien que esté bien acompañada.

Suposiciones de la vida absurda que vivimos en 2016, esa que nos muestra toda la verdad en lo que cabe en un selfie y que abre telediarios con noticias de adolescentes que se matan en la autopista por capturar un Pikachu.

Pues su marido, del que no sé su nombre, porque escribió en el perfil de Vicky, nos puso a todos una carta que decía lo siguiente.

Soy el marido de Vicky. Siento mucho notificar por esta vía que Vicky ha muerto. Su último ingreso en el hospital se complicó y no pudo soportal la terapia. Lamento mucho tener que escribir esto aquí, para mí esto está siendo muy duro. Vicky será velada en esta dirección… Los espero a los que quieran decirle su último adiós.

Sentí un escalofrío, el mismo que tengo en los ojos y en los dedos cuando escribo esto. Sólo me atreví a leer dos comentarios.

¡NO PUEDE SER! Publicó una que no conocía. Otra sólo puso un emoji de tristeza. Yo no me atreveré a comentar la muerte de una amiga con una pegatina. Por primera vez en los nueve años que voy a cumplir en Facebook borré a una amiga por una causa nunca antes vista: defunción.

Por lo absurdo y desvinculante que me pareció mi cariño hacia ella supongo que se me quitaron las ganas de llorar. Y como buena usuaria de redes sociales, y de Facebook, que se creó para ser el mayor templo de vanidad y de engrandecimiento del ego, volví a pensar en mí.

¡Joder! ¡Puerca existencia! Si me muero, ¿habrá alguien capaz de anunciarle a mis 2775 amigos de Facebook que me he muerto? Con tanta red social y conectividad ya estoy medio muerta dentro de esta pantalla y no me vale que los demás estén iguales para conformarme.

Pero es igual, nadie se acordará de nosotros por lo que fuimos en redes sociales.

¡Gracias Vicky!

 

María Paz Ruiz

Y hoy no pongo mis redes sociales porque no me apetece

Comentarios