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Boicot a Colciencias

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Una gran controversia ha generado la reciente Convocatoria 693 de Colciencias que cerró el pasado 20 de febrero, la cual “identificará y clasificará a los investigadores y grupos de investigación, desarrollo tecnológico e innovación colombianos en todas las áreas del conocimiento”.

Desde finales del año pasado investigadores provenientes de las Sociales, Humanidades y Artes principalmente, de importantes universidades del país, los cuales representan alrededor del 35% de los Grupos de investigación, comenzaron a manifestar su inconformismo sobre la forma de medición de esta Convocatoria.

El pasado 5 de febrero El Espectador publicó “Humanistas le dan la espalda a Colciencias”  en el cual mostraba como 12 Grupos de investigación provenientes de la Universidad Nacional, de Los Andes, y Javeriana, algunos clasificados incluso como A1, mostraban su descontento por la forma de medición de la Convocatoria y desistían de participar de la misma.

Al día siguiente, el 6 de febrero RCN publicó la nota “Científicos cuestionan a Colciencias por medición de investigaciones”  en el cual publicaron la opinión de quienes han puesto el dedo en la llaga en lo que referente a los procedimientos diseñado por Colciencias para esta medición.

Pero fue el día de cierre de la Convocatoria, el 20 de febrero, que 31 grupos, 2 decanaturas y 2 centros de investigación en el área de ciencias sociales, humanidades y artes de la Universidad de Antioquia (UdeA) se manifestaron en conjunto en una “Carta abierta a Colciencias” en la cual expresan a la opinión pública sus reflexiones sobre el tema. (Extrañamente desde algunas instituciones privadas no se puede acceder a este link, pero si lo pueden hacer en este otro http://200.24.23.172/publico/Comunicado-ciencias-socialesUdeAanteColciencias2015)

El comunicado afirma que “el modelo de medición actual propuesto por Colciencias es todavía obsoletoinoperante y excluyente”.

Para sustentar lo anterior los investigadores de la UdeA señalan 3 aspectos importantes:

“(1) El modelo califica sólo parcialmente el impacto de la de la investigación en el desarrollo del país”, ya que muchas publicaciones que proponen hipótesis importantes no se publican en revistas internacionales en ingles ubicadas en los cuartiles 1 y 2 registradas en Scopus o ISI.

Asimismo, en el caso de las consultorías, para los investigadores que venimos de las investigación aplicada, “no todas las innovaciones que sirven a las empresas son patentadas, ni es posible conseguir las evaluaciones requeridas para los productos de secreto industrial u organizacional”.

“(2) La puesta en práctica del modelo ha desviado la atención hacia una serie de discusiones áridas sobre la legitimidad de los datos y la honradez de los investigadores”, lo que ha generado una desconfianza a través de los mecanismos de validación de la información que en algunos casos son irrealizables.

Y “(3) Para responder al modelo de medición que establece Colciencias, se está gastando una gran cantidad de recursos económicos y humanos”, aumentando aun más la carga laboral a la cual se ve expuesto cualquier investigador en el país: docencia, investigación, extensión, en algunos casos administración, y ahora demostrar su “buena fe”.

Finalmente, la carta de la UdeA señala un aspecto muy importante pues reconoce que “podría alegarse que la medición constituye un proceso voluntario. Sin embargo, esta labor voluntariosa está ligada necesariamente a las posibilidades de otorgamiento de recursos por parte de Colciencias” y de los ofrecidos internamente por cualquier institución de educación superior, por lo tanto “el no participar en la convocatoria, significa iliquidez para los grupos de investigación y marginación del sistema”.

2 días después, el 22 de febrero El Espectador nuevamente publicó un extenso artículo sobre el tema “Colciencias y los humanistas, en orillas diferentes” donde recoge las posiciones de otras universidades como la Distrital y La Salle que hacen énfasis en la dificultad que representa completar el formulario CvLAC para los investigadores, pero además mostraba como el inconformismo no solo provenía de las Ciencias Sociales, Humanidades y Artes, si no también de investigadores de las Ciencias Naturales que expresaron su inconformismo y se abstuvieron de participar de la Convocatoria.

Paradójicamente, de estas áreas del conocimiento provienen la mayoría de los 5.836 Grupos de investigación que finalmente participaron de la cuestionada Convocatoria (1973 de las Ciencias Sociales y 1111 de las Ciencias Naturales) (Ver enlace http://www.colciencias.gov.co/noticias/colciencias-cierra-la-inscripci-n-la-convocatoria-693-de-2014-superando-todas-las-expectati).

Como podemos ver, desde diferentes áreas del conocimiento y desde las más importantes universidades del país, se gestó sin proponérselo, lo que podríamos llamar un “boicot” a Colciencias a través de la abstención de participación en la Convocatoria por su forma de medición, lo que evidentemente impide que ésta cumpla con su objetivo de clasificar a los Grupos de investigación.

Ojalá este boicot sirva para que Colciencias replantee su obstinada forma de medición en la cual busca medir a través de un solo índice todos los campos del saber, desde la Medicina hasta la Filosofía, pasando por la Ingeniería, el Arte, la Informática, el Diseño, la Administración, etc. ¡Absurdo! ¿o no es así?

* Mi opinión no compromete la institución a la cual estoy vinculado laboralmente.

 

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