“Hay dos fuerzas que actúan sobre la mente del hombre, una la aleja de su centro y la otra la atrae hacia adentro, el traer la mente hacia adentro es Pratyahara”. (Sri Paramhansa Satyananda), (Entrada 027).

Repetimos la anterior definición ya que de esta partiremos para la presente nota, pero antes es necesario aclarar que pratyahara solo se entenderá mejor al practicar, practicar, y practicar. Esa es la invitación.

En pratyahara los sentidos cortan toda comunicación con la mente, retiran la mente de las actividades sensoriales externas y atraen nuestra conciencia consciente al interior de nuestra mente. Los oídos dejan de escuchar sonidos, el olfato deja de percibir aromas, la piel deja de sentir cualquier contacto (inclusive con el aire que la rodea), el gusto deja de percibir sabores y los ojos dejan de ver formas físicas o materiales. La mente deja de procesar información proveniente de nuestros sentidos, incluso en ambientes muy ruidosos.

La forma mas común de retirarnos de las actividades sensoriales externas es concentrándonos en sonidos, olores, el contacto de nuestra piel, percibiendo sabores y visualizando imágenes; sin involucrarnos con ellos; volviéndonos simplemente observadores de esas actividades sensoriales. Con la practica notaremos que dichas actividades sensoriales se van desvaneciendo, concentrando de esta manera la dispersión de energía vital, controlando su flujo, armonizando la conciencia hasta llevarla a internarse en nuestro Ser.

En India se habla de retirar los “indriyas” definidos como los tentáculos de la conciencia. En el Baghabad Gita, dice el Señor Krishna: “El hombre debe aprender, a retirar sus indriyas desde el mundo de la materia y literalmente “meterlos para adentro”, de igual modo como la tortuga mete las patas y la cabeza dentro de su coraza. Y luego hay que alargar los indriyas hacia los eones Divinos para abrazar con éstos a Dios, acercarse a Él y unirse con Él”. Esto significa que no solamente en la práctica de pratyahara se deben controlar los sentidos, sino que se deben aplicar estos principios en la vida diaria.

Si no dominamos pratyahara no podremos alcanzar un estado de completa concentración, por lo cual no podremos llegar a un estado de meditación profunda. La mente no se puede aquietar a la fuerza.

Existe una línea entre la relajación mental y pratyahara, es decir, podemos simplemente relajar la mente distrayéndola, o podemos experimentar pratyahara en su profundidad llegando a desconectarnos conscientemente de todos los sentidos. En esa profundidad no vemos, no oímos, no olemos, no sentimos, no gustamos y no pensamos.

Recordemos los pasos para la meditación:

1 Yama – Lo que no debemos hacer

2 Niyama – Lo que debemos observar

3 Asana – Posición de meditación

4 Pranayama – Control de la energía vital a través de la respiración

5 Pratyahara – Abstracción de los sentidos con relajación consciente

6 Dharana – Concentración de la mente

7 Dhyana – Meditación profunda

8 Samadhi – Contemplación

Ahora veamos en la secuencia de pratyahara, los estados por los cuales pasamos de comienzo a fin:

– Relajamiento de cuerpo físico.

– Tranquilidad de la mente.

– Abstracción de los sentidos.

– Armonización de cuerpo físico, mente y espíritu.

– Estado de serenidad, felicidad y paz interior.

Y los aspectos benéficos que se manifiestan en pratyahara:

– Relajamiento consciente.

– Recogimiento de las percepciones.

– Desidentificación física y mental.

– Armonía entre cuerpo físico, cuerpo mental y cuerpo emocional.

– Entrega a lo divino.

– Auto armonización.

– Liberación profunda de tensiones

– Equilibrio consciente.

– Paz interior.

– Gozo espiritual.

– Contacto con nuestro ser interior.

Cuando dejamos de tener conciencia en la inhalación y en la exhalación, cuando suspendemos completamente las impresiones de los sentidos, cuando nuestro cuerpo permanece inmóvil como una roca, cuando no tenemos variaciones en nuestra mente y cuando nuestra mente está completamente abstraída, solo entonces se presenta el estado de pratyahara. La mente se libera de la enorme cantidad de pensamientos que nos agobian, aparece el no pensamiento consciente.

Cuando vayamos a hacer una técnica de pratyahara, (y en general para hacer cualquier tipo de meditación), debemos reducir primero cualquier tipo de estímulos físicos, tales como alejarnos de corrientes de aire, apagar o alejarnos de cualquier tipo de aparatos que produzcan ruidos; quitarnos o soltarnos cualquier prenda que nos quede ajustada, etc. Trabajando con los sentidos uno por uno; empezamos por el oído. Podemos concentrarnos en los sonidos a nuestro alrededor, tratemos de discriminarlos. Después agudicemos nuestra concentración, nuestra percepción y nuestra conciencia solamente a los sonidos más lejanos, luego a los intermedios y luego a los sonidos mas cercanos. Enseguida continuamos agudizando aún mas nuestra percepción y tomamos conciencia de nuestros propios sonidos: los de nuestra respiración,  nuestro aparato digestivo,  nuestra sangre corriendo por las venas y de los latidos de nuestro corazón. Al comienzo es posible que estos últimos no los podamos escuchar, pero con la práctica diaria, muy pronto serán audibles. Así, de esta forma continuamos con todos los demás sentidos. Recordemos aplicar toda nuestra concentración, nuestra percepción y nuestra conciencia. De esta forma agotamos todas las entradas sensoriales, la mente se “cansa” de sentir y automáticamente gira hacia adentro.

Inconscientemente solemos aplicar esta técnica para no enloquecer. Por ejemplo, cuando vamos viajando por una carretera en automóvil, nos llega mucha información a los ojos, automáticamente nuestra mente desecha la gran mayoría de esa información y se concentra  sólo en la carretera por la que vamos conduciendo, de lo contrario, sufriríamos un accidente. En pratyahara la retirada de los sentidos la hacemos de forma intencional y consciente. Cuando no controlamos los sentidos, estamos distraídos, cuando nos distraemos no podemos concentrarnos y si no nos concentramos no hay pratyahara, al no haber pratyahara no puede haber meditación.

Los seres humanos somos influenciados por toda clase de acontecimientos y sensaciones externas que no nos permiten tener tranquilidad y paz interior. Cuando tratamos de controlar esas influencias, gastamos  energía tanto física como mental. Con el tiempo, lo único que logramos es el desequilibrio general, el cual toma la forma de enfermedades físicas y sicosomáticas. Patanjali dice que “ese proceso es la raíz de la infelicidad humana”, entonces la esperanza de encontrar paz es una utopía. Pratyahara nos permite hacer un alto en la vida para mirar los procesos de nuestra mente y de esta manera entender la naturaleza de la felicidad y también de la infelicidad y así, trascenderlas.   Pratyahara, es a la mente lo que los glóbulos blancos son a la sangre. La mente entrenada en pratyahara evita las influencias negativas sensoriales a nuestro alrededor, nos da las “defensas” para fortalecer el espíritu y reducir la dependencia de nuestro cuerpo físico.

Los medios de comunicación y la vida moderna nos bombardean constantemente con toda clase de impresiones sensoriales sin ningún control: sexo, violencia, engaños, poder, etc., ese es el alimento que normalmente le ofrecemos a nuestra mente y lo almacenamos en el subconsciente. Ese tipo de sensaciones nos embotan, nos vuelven insensibles, indiferentes y hasta violentos, es como la comida “chatarra” llena de sal, azúcar , grasas, etc., eso aparentemente la hace agradable al paladar, pero nuestro cuerpo se va intoxicando poco a poco. Aparece el estrés y toda clase de graves enfermedades modernas. Afortunadamente pratyhara nos ofrece las herramientas necesarias para controlar de manera sencilla nuestras impresiones al alejarnos de la televisión, la radio, los noticieros, los políticos, etc. Es como al tomar un ayuno, obtenemos muchos beneficios para nuestro aparato digestivo. Con pratyahara lograremos multiplicar los beneficios de nuestro ayuno mental.

Obligadamente debemos introducir una técnica que no hemos mencionado antes llamada los mudras, que son gestos  que representan la siquis. Mas adelante trataremos a fondo este tema, por ahora, diremos que existe un mudra para practicar pratyahara, es el Yoni mudra, también llamado Shanmukhi mudra, significa el mudra de origen síquico, no tratemos de aprendernos esos nombres, eso no importa mucho, lo importante es conocer la técnica.

Sentados en posición de meditación, inhalamos lento y profundo, retenemos el aliento, llevamos las manos a la cara y cerramos: los oídos con los pulgares, los ojos con los índices, las fosas nasales con los dedos del corazón, y los dedos anulares y meñiques encima y debajo de los labios con la boca cerrada, retenemos adentro la respiración y llevamos nuestra conciencia a la coronilla de la cabeza (bindu), esto permite que la atención y la energía se muevan adentro de nosotros. Retiramos la presión de los dedos del corazón sobre la nariz, pero no retiramos los demás dedos. Exhalamos y nuevamente inhalamos y cerramos  las fosas nasales con los dedos del corazón, continuamos por varias rondas del modo que ha sido explicado. Hagamos solo de tres a cinco rondas para comenzar y no exageremos el tiempo de la nariz cerrada.

Solo por información diremos que hay otro mudra llamado Shambhavi mudra, utilizado por los budistas que consiste en estar con los sentidos abiertos mientras la mente los interioriza, pero esta no es una técnica para principiantes.

Otra forma de pratyahara es poner nuestra conciencia en una fuente de impresiones uniforme, por ejemplo mirar el mar o el cielo azulado. También tomando conciencia de impresiones positivas o espontaneas sobre aspectos de la naturaleza como árboles, flores, agua corriendo, rocas, etc. Otra forma es visitando templos o sitios de peregrinación. Puede hacerse también con aromas de incienso, flores, etc. Tomando conciencia y enfocando la mente en impresiones o visualizaciones internas, evitando las impresiones externas, por ejemplo visualizando una deidad, un santo, un lugar hermoso de la naturaleza. Crear o escuchar música clásica o devocional.

Prana pratyahara es la forma de retirar la energía del cuerpo, por ejemplo visualizando el proceso de la muerte donde el prana o aliento de vida  se encuentra retirándose del cuerpo. Se empieza  por los pies y se  culmina en la cabeza o donde queramos fijar nuestra atención:  en el corazón, en el entrecejo o en la coronilla de la cabeza. Ramana Maharshi ha logrado su auto-realización con esta práctica. A pesar de que esta técnica no ofrece ningún riesgo, es preferible que personas muy nerviosas no la realicen.

El control de la acción o Karma pratyahara se logra haciendo obras, beneficiando a otras personas como un servicio desinteresado, sin esperar recompensa a cambio.

Una vez liberada la mente de la tendencia a relacionarse con las distracciones,  se vuelve profundamente pacífica; y una mente quieta, produce un cuerpo quieto con relativa facilidad.

Solamente cuando al meditar, quedamos libres de las distracciones externas o hemos roto todas las conexiones con el mundo exterior iniciamos el viaje hacia nuestro interior, en un verdadero auto-descubrimiento de nuestro Ser interior. No se trata de tolerar o controlar las sensaciones, la idea es retirarnos de los sentidos a nuestra voluntad. No se trata de soportar sin inmutarnos la comezón o el dolor. Cuando hayamos dominado pratyahara no debemos sentir ni picazón ni dolor. Es aún más difícil liberarnos  de las sensaciones placenteras, pues el querer alejarnos del dolor es bastante obvio, pero del placer no, y no por el hecho de ser placentero, sino por ser abstracto.

Nuevamente traemos a colación la mejor forma de alejarnos de las sensaciones, si tratamos de hacerlo voluntariamente, por ejemplo si nos esforzamos en no oír un sonido, éste se hará mas fuerte; pero si lo hacemos sutilmente; es decir cuando simplemente lo miramos, somos testigos pero no nos importa si está o si no está; nos es indiferente y se desvanecerá de nuestros sentidos.

A estas alturas y después de realizar algunas prácticas, ya habremos notado que muchas veces las condiciones para alcanzar la optima concentración se nos dificulta, inclusive cuando hay pocas distracciones externas, por lo que no nos cansaremos de repetir “no pase al siguiente paso de la meditación sin dominar completamente el paso anterior” esto nos evitara desilusiones, fracasos y quizás hasta el deseo de no continuar meditando.

Revisemos por favor nuestra postura y todos los demás pasos anteriores y si llegamos a encontrar alguna debilidad, volvamos atrás y reforcemos esa debilidad que hemos notado. Pongamos mucha atención en la postura, seguramente trataremos también un poco mas a fondo ese tema, pero por ahora recordaremos que la postura debe proporcionarnos estabilidad y no incomodidad. Si la postura requiere esfuerzo, eso será una causa de distracción en la meditación.

Con el objetivo de que nuestra postura sea completamente cómoda, es probable que necesitemos fortalecer los músculos de la espalda, mejorando también nuestra calidad de vida. También revisemos nuestros ejercicios con la pelvis, articulaciones y estiramientos. Estamos seguros que con poco esfuerzo, usted y yo, nos sentiremos capaces de mantener una postura de meditación y nos sentiremos cómodos y estables. También dedicaremos unas cuantas entradas a “asanas”.

Así, con el cuerpo cómodo, podremos relajarnos fácilmente. Podremos tomar conciencia de nuestra respiración en forma natural cuando fluye a través de la nariz impulsado por las contracciones del diafragma, al expandir la caja torácica y el abdomen. Observando el flujo del aire lento, profundo, suave, uniforme y sin ruido. Es una respiración limpia que nutre sin esfuerzo, una y otra vez. Entonces, cuando la respiración se vuelve constante, esa sensación viaja a través de todo nuestro cuerpo con nuestra conciencia, por nuestros músculos, por nuestras articulaciones, por todas las superficies y los espacios interiores de nuestro cuerpo. El espacio está a nuestro alrededor y dentro de nosotros, esa sensación de espacio la podemos percibir al estar tranquilos, relajados. La sensación de espacio es evidente. Este proceso empieza en la parte superior de la cabeza hasta los dedos de los pies, volviendo luego a la cabeza. La sensación de quietud física durante estos viajes continúa su desarrollo y se profundiza con cada respiración permaneciendo firme pero suave. Ahora ya estamos listos para continuar nuestra meditación.

Otras formas de pratyahara.

– Prácticas de pranayama, controlando la energía vital.

Todas las prácticas de pranayama se pueden considerar técnicas de pratyahara.

– Silencio interior.

Llamado en sánscrito Antar mouna, se hace en seis pasos: 1° captamos todo lo que nos llega a través de los diferentes órganos de los sentidos. Lo observamos de forma neutra sin identificarnos con lo observado. 2° Mostramos desinterés por los estímulos externos. 3° Traemos a la mente un pensamiento voluntario. 4° Eliminamos a voluntad los pensamientos espontáneos. 5°  Retiramos los pensamientos de la mente y 6° Completo silencio de nuestra experiencia.

– Mirar fijamente.

Al hacer tratak hemos de mantener la mirada fija y continua, sin parpadear, durante varios minutos. Toda nuestra conciencia ha de estar en los ojos, nos olvidamos de todo, olvidamos el resto de nuestro cuerpo, miramos fijamente en todo momento sin parpadear, luego cerramos los ojos y vemos literalmente el reflejo en la retina del objeto mirado fijamente.

– Sueño síquico.

El Yoga Nidra fue experimentado por primera vez por Swami Satyananda Saraswati, cuando vivía con su gurú Swami Sivananda en Rishikesh. Es una técnica de relajación inducida donde se mantiene la mente en estado de ensueño generando permanente ondas alfa. El Yoga Nidra, es una poderosa técnica en la que aprendemos a relajarnos de manera consciente. El estado de relajación se alcanza cuando la conciencia se separa de la experiencia exterior y del sueño, entonces la mente se aquieta y se vuelve muy poderosa. En este estado podemos mejorar el esquema corporal, la capacidad de concentración, desarrollar la memoria, aumentar el conocimiento, la creatividad, descubrir nuestro potencial interior, reestructurar la mente, etc.

– Visualizaciones.

Es la generación de una imagen mental o una imagen real de algo abstracto o invisible. Hay varias formas de visualización: Por ejemplo, algunos deportistas se estimulan imaginando la ejecución perfecta de sus movimientos.

– Mantras.

Es un instrumento para liberar la mente del flujo constante de pensamientos que la confunden. Un mantra puede ser una sílaba, una palabra, una frase o un texto largo, que al ser recitado y repetido va llevando a la persona a un estado de profunda concentración. Ajapa Japa consiste básicamente en la combinación y coordinación de un mantra con el flujo respiratorio, siendo un método muy potente y eficaz de profundización de la conciencia.

– Yantras.

Son representaciones geométricas complejas de niveles y energías del cosmos y del cuerpo humano. El más famoso de todos es el Sri Yantra que se compone de nueve triángulos yuxtapuestos y colocados de forma que dan origen a 43 pequeños triángulos. Cuatro de los nueve primeros triángulos están orientados hacia arriba y representan simbólicamente la energía cósmica masculina; los otros cinco triángulos se orientan hacia abajo y representan la fuerza femenina. Estos triángulos están rodeados de un loto de ocho pétalos que simboliza a Vishnú. Envolviéndolo, un loto de dieciséis pétalos, representa el poder del practicante sobre la mente y los sentidos. Encerrando este loto se encuentran cuatro líneas concéntricas que se conectan simbólicamente con los dos lotos. La triple línea que lo rodea designa la analogía entre el universo entero y el cuerpo humano.

– Mandalas.

Los mándalas son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos. Estructuralmente, el espacio sagrado, el centro del universo y soporte de concentración, es representado generalmente como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular.

– Chakras

A fines del siglo XIX, Sir John Woodroffe escribio que los chakras se correspondían en gran medida con los plexos nerviosos. Otros le han dado una relación con algunas glándulas endocrinas, por lo que atribuyen a la ejercitación de los chakras la generación de algunas hormonas. Muchos creen en la existencia real de estos elementos. Mircea Eliade le llama «fisiología sutil». Otros opinan que los chakras son meras alegorías para practicar una especie de auto-hipnosis, a fin de lograr el samadhi.

*

Práctica de meditación con énfasis en pratyahara.

Podrá hacerla “on line” o grabarla en su computador, en un c.d., o en cualquier medio de almacenamiento digital y hacerla cuando tenga las condiciones adecuadas. Su duración es de 31,32 minutos. Siga por favor el vínculo:

Texto: Dhyanamurti

Edición: Angelita.

Inmensidad (Fotografía: Angela Polanco)
Inmensidad (Fotografía: Angela Polanco)
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