VIDA PERRA

Publicado el Henry Salazar

De premios Nobel

En estos días, en los que la atención mundial tiene presente la entrega de los premios Nobel, en medio de las grandes controversias que han generado, particularmente, el de literatura otorgado a Bob Dylan y el de Paz a Juan Manuel Santos, bueno es recordar que para el mundo del adiestramiento canino hubo un premio Nobel a comienzos del siglo XX.

Si bien no fue nominado ningún entrenador, este hecho ha sido determinante en la historia y en el desarrollo del trabajo de adiestramiento animal. Hay aún muchos entrenadores en nuestros días que consideran los resultados de estos estudios como la única y mejor manera de trabajar con un perro o cualquier otro animal en procesos de aprendizaje.

Pavlov, médico ruso especialista en fisiología, estaba concentrado en el funcionamiento del corazón, y pudo establecer la existencia de un patrón básico en el reflejo del movimiento de regulación de la actividad en los órganos que componen el sistema circulatorio.

Siguiendo está línea de trabajo, Pavlov se concentró en la fisiología de la digestión. Desarrolló un método quirúrgico con el uso masivo de fístulas ubicadas en los órganos, las cuales le permitieron observar su funcionamiento en condiciones «relativamente» normales. Estos experimentos los realizó en perros, perros vivos para mayor precisión. Y sus resultados fueron los que le llevaron a obtener el premio Nobel de Medicina en 1904.

Hoy podemos presentar muchos argumentos contundentes en contra de este tipo de prácticas justificadas bajo la bandera del método científico. Aún así, sus investigaciones le permitieron desarrollar una “ciencia de los reflejos condicionados”, a partir de los reflejos regulatorios de la actividad de las glándulas que participan del proceso digestivo.

Estos conceptos: Reflejo condicionado, y su opuesto, reflejo incondicionado, han sido determinantes en la interpretación que se da a los procesos de aprendizaje en organismos vivos.

Por fortuna, para los animales, han pasado más de 100 años de estos hallazgos del buen señor Pavlov y la dinámica de construcción del conocimiento sigue su evolución y transformación. Hoy sabemos más acerca de la fisiología de los organismos así como también acerca de las implicaciones físicas y emocionales que resultan de las experiencias de cada ser vivo.

Pero el crédito no se puede negar. Gracias a sus descubrimientos, ciencias como la medicina, luego la psicología y, hoy, una amplia visión multidisciplinaria, con la participación de ciencias como la neurología, la antropología, la sociología, y grandes desarrollos tecnológicos basados en informática, nos permiten ver más allá de lo que vió en su momento el Sr Pavlov.

Sin embargo, hay tres aspectos de los premios Nobel que vale la pena destacar: Primero, es una distinción otorgada por una organización privada, que goza de un amplio reconocimiento en todo el mundo, pero que tiene a su haber la total libertad de nominar y ofrecer su premio a quien mejor le parezca. Es de suponer que su prestigio también reside en las personas que establecen quienes serán los destinatarios de ese premio.

Segundo, bueno sería preguntarse porqué razón nadie cuestiona el otorgamiento del Nobel de Física o de Economía o de Medicina pero si pululan los expertos en Literatura o Paz. Seguro que si aquel premio se otorgará a una telenovela criolla o a un equipo de fútbol, esta sociedad nuestra, sería la más indicada para nominar y cuestionar a los nominados.

Tercero, el resultado de los estudios galardonados no es un dogma. Ese es un principio fundamental de la ciencia (que la hace muy diferente de las creencias): Considerar constantemente la posibilidad de que las nuevas teorías son susceptibles de refutación. El conocimiento siempre será dinámico.

@VidaPerraBlog

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