Unidad Investigativa

Publicado el Alberto Donadio

Se cierra la Fundación País Libre

Al cumplir 25 años de labores la Fundación País Libre, dedicada a combatir el secuestro, concluye sus labores. Lo hace con la publicación de un libro virtual, del cual tomamos este prólogo escrito por el presidente honorario de la fundación, doctor Alfonso Manrique Van Damme:

Desde el fondo de mi alma Es doloroso cerrar un capítulo tan importante en mi vida. País Libre fue muchas cosas para mí: terapia, solidaridad, aprendizaje, amor, lucha…  Me provoca nostalgia pensar que habrá dejado de existir cuando este libro llegue a nuestras manos pero, al mismo tiempo, satisfacción por el deber cumplido. Podríamos seguir muchos años más, el secuestro, por desgracia, es un delito que persiste en nuestras sociedades. Sin embargo, analizando los logros y echando la vista atrás, siento que cumplimos todos los objetivos primordiales que nos marcamos al inicio. El secuestro, cuando comenzamos nuestra andadura, era un delito que despertaba poca compasión entre mayoría de la ciudadanía. Ni mencionar entre los dirigentes políticos. Para los sucesivos gobiernos no era un problema que les quitara el sueño. El general Luis Herlindo Mendieta lo expresó magistralmente en una prueba de vida: Más que la maldad de los malvados, me hiere la indiferencia de los buenos.

Poco a poco y gracias a la movilización ciudadana que impulsamos un grupo de soñadores, logramos avanzar hacia nuestros objetivos, que no eran otros que acabar con el secuestro como arma de financiación de los grupos armados y concientizar a la población y a los gobiernos para que lo rechazaran de manera categórica y lo combatieran sin descanso. No ha sido fácil el camino, ha estado cargado de sinsabores. Estar rodeado de familias que padecen la tragedia del secuestro implica un alto costo psicológico. Comprobar lo poco que preocupaba su sufrimiento, cómo se imponían los cálculos políticos sobre ellos, causaba frustración, mucha ira y, también, más ganas de seguir combatiendo la indiferencia. Pese a todo, a la hora de hacer el balance, pesan más las satisfacciones, en especial, la de las cientos de familias que encontraron en la Fundación una mano amiga en sus horas más amargas. Solo con ese logro, habría merecido la pena crear País Libre. Pero hubo mucho otros, como bien lo reflejan estás páginas, tal como hacer que el secuestro esté en las agendas de los gobiernos y en el sentir de la gente. No hay más que seguir la actualidad política y pulsar la calle para comprobar lo que afirmo. Valieron la pena estos 25 años de trabajo persistente y tenaz desde País Libre. Las víctimas pueden dar fe de este esfuerzo y Colombia también. Esa es la principal satisfacción de todos los que hemos estado vinculados a la Fundación.

Alfonso Manrique Van Damme

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