“Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor”
Joaquín Sabina
Las abuelas hablan de lo liberadas que son las féminas de hoy en día… obvio que sí, pero también es verdad que desde tiempos atrás muchas viejas son infieles, solo que han sido cautelosas o silenciosas. Y si de utilizar una comparación extrema u odiosa se trata, podríamos decir que el hombre dispara y hace mucho ruido con su pistola, en cambio una mujer prefiere utilizar veneno… y esto deja menos evidencia.
No es que “una” simplemente se levante con ganas de perrear y sandunguear con otro (Aunque casos se han visto). Nuestra concepción de infidelidad es diferente, y más que buscar algo que no se ha perdido, es como encontrar en otros brazos eso que faltó. Si bien el adulterio no es para nada justificable, las razones de una mujer siempre estarán cargadas de intensos sentimientos.
El comienzo del fin: Olvídense del cuento que una tercera persona dañó la relación, más bien analicen que la vaina ya estaba jodida desde hace tiempo y sencillamente las peleas, intolerancia y otros detallitos nada románticos, terminaron por rebozar la copa de la paciencia que definitivamente se volvió un trago amargo de despecho añejado en brazos de la venganza, o del tinieblo.
Polvo Triste: Algunos tipos alegan que tienen moza porque en su casa no les hacen “De todo”. Y en el caso nuestro se anhela un hombre que nos estudie el cuerpo como si aprendiera el alfabeto, comenzado con la A de Acariciar, pasando por el punto G y finalizando con una O gigante de Orgasmo. Se quiere un Superman en la cama que nos haga volar y no un Flash que bueno… fue demasiado rápido.
Monotonía, tedio y ZZZ: Te das cuenta que la relación se ha enfriado, cuando se vuelve más divertido ver el noticiero del Senado que compartir con el sujeto; el segundo síntoma es que te sientes tan invisible como la cortina vintage de la sala y surge el deseo de probar nuevas emociones que te despierten.
En algunas regiones del país es prácticamente normal pensar que un sujeto es el “mega macho” cuando tiene esposa y moza(s) pero si es al contrario y la mujer fue infiel, entonces se le coloca el aviso luminoso de vagabunda, sumándole a esto el fuerte golpe al ego varonil. Y la situación no debería ser así de parcializada porque independientemente de que lado vienen los cachos estos duelen, puesto que pesan en la frente de quien los lleva y en el corazón de quien los pone.
Las féminas no somos las pobres oprimidas o por el contrario unas perversas, simplemente humanas. Y muchas veces, suele suceder que en las relaciones sentimentales ambas personas son tan culpables como víctimas.
Esta historia continuará… Olé
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Imagen: The Unfaithful -Tipos de cuernos el vago de la farmacia