Solteras DeBotas

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¿Por qué a veces la soltería nos da tan duro?

Friends Rachel Monica Phoebe

La periodista Gloria Steinem alguna vez dijo que  “Una mujer sin un hombre, es como un pez sin bicicleta”, y con esto quiso expresar a través de un refinado sarcasmo, que las féminas somos seres independientes. Y obvio que en el papel esto suena bastante lógico, sensato e inteligente, hasta que se nos alborota la malparidez existencial en uno que otro fin de semana, en Amor y Amistad, Navidades… y entonces toda esa teoría de autosuficiencia tan bonita se va para la porra.

Aunque desde hace varias décadas existen las neo solteras, aquellas mujeres que de manera autónoma deciden no tener pareja, pues sus prioridades en la vida son otras, como desarrollarse en el ámbito profesional y viajar por el mundo,  lo cierto es que todavía quedan resabios del pasado, en donde la soltería sigue dejando ese amargo sabor de boca y esa triste etiqueta de la fémina más de malas que no ha tenido la fortuna de ser escogida por ningún hombre, esa cuyo nivel de obediencia y encantos no le alcanzan para merecer una relación estable, o peor aún, es considerada medio problemática y por eso no le cuajan los noviazgos.

Cada mujer es un mundo y experimenta circunstancias particulares, por eso hay varias clases de solteras, algunas son felices y otras no tanto. Sin embargo existen factores comunes que tal vez pueden influir en la manera cómo percibimos este estado civil. Después de 3 tazas de café y un brownie, encontré 4 posibles detonantes:

Presión Social:

Estigmas que por desgracia se instalan en la mente de muchas mujeres que piensan que tienen algo malo y que por eso están solteras. Y no, estar soltera no tiene nada de malo, no eres una fracasada si estas soltera, como tampoco es un triunfo casarse, eso quizás era lo usual en el siglo XVIII pero en los tiempos actuales, sin quitarle relevancia al amor, la vida de una mujer va más allá de conseguir un buen partido.

El acoso social del círculo cercano no ayuda mucho porque de manera sutil o bastante directa se encargan de recordarte que te falta algo, que tus logros y triunfos no son nada, si no has podido encontrar al amor de tu vida. Como si tu sola no bastaras, como si fueras una mujer inconclusa que necesita convertirse en el apéndice de alguien para poder realizarse.

La liberación femenina quizás nos dio un poco de tiempo, ya que ahora no nos vemos obligadas a casarnos a los 15 años y que podemos hacer más cosas que antes, aunque al final, una se encuentra con la sociedad tradicional que envía la respectiva cuenta de cobro, y a medida que pasan los años te recuerda tus “obligaciones” como mujer, las de ser esposa y madre y que ya es hora de coger juicio, o es que te olvidaste del tic tac- tic tac del reloj biológico. Como si fuéramos una french-poodle-tacita-de-té a la que le alargaron la cuerda solo un poco, pero que finalmente sigue amarrada.

Idealización romántica  

Porque el amor es y ha sido nuestro tema favorito, porque nos dijeron que éramos seres emocionales con sentimientos a flor de piel  y desde siempre fue nuestra especialidad  eso de respirar, hablar y vivir a través del romance. Y aún en tiempos modernos tales premisas siguen perpetuándose pero disfrazadas con un toque actual, por ejemplo están las comedias románticas que cuentan la vida de la típica mujer exitosa y neurótica que por fin encuentra al tipo que la quiere con todos y sus resabios, o las publicaciones de “chica cosmo” donde te explican como pescar al tipo esquivo, o  las historias esotéricas que hablan de almas gemelas, de la otra mitad de la naranja o del supuesto hilo rojo que te conecta con alguien, y esto es solo por enumerar varios ítems de la lista.

Porque nos hicieron creer que allá afuera existe un hombre perfecto para nosotras, que los cuentos de hadas tienen el poder de convertirse en realidad y que el príncipe azul aparecerá si creemos en él. Y es allí cuando nuestros ideales románticos se chocan con una sociedad cada vez más individual, más cruda, más digital pero menos conectada a las relaciones profundas y duraderas,  además nos encontramos de frente con muchos hombres (no todos)  que no saben qué hacer con una mujer del siglo XXI, porque también ellos fueron criados para buscar a alguien idóneo, pero que más bien se parezca a su mamá, y en vez de eso se encuentran con féminas cada vez más similares a ellos.

Dependencia Emocional

También existen los casos de aquellas chicas que tienen miedo a la soledad, que les genera ansiedad el hecho de no tener pareja. Su extrema necesidad de afecto las lleva a creer que sus problemas emocionales cesaran cuando encuentren al amor de su vida, que la solución a esa carencia afectiva está representada en un tipo cuasi hechicero con el poder para curar las heridas aún abiertas. Que su talento excepcional llenará los agujeros de sus autoestimas aporreadas, y que será el salvador que a punta de abrazos y compresión, las hará olvidar todo lo oscuro, que las rescatará de lo malo y que ese gran amor la redimirá.

Esta clase de féminas suelen apegarse demasiado y por muy duro que suene, se vuelven intensas, buscan con desespero a una pareja y por lo general escogen mal por la premura del hambre y se arman tremendas películas. El tener un amor, es para ellas una fuente de seguridad, porque  todavía no se han hecho cargo de sí mismas, pues creen que factores externos, en este caso llámese “hombre de los sueños” solucionará aquellos traumas que solo ellas tienen el poder de resolver, y que realmente lo lograrían si se pusieran en la tarea de autoanalizarse, de hacerse cargo de su asuntos y obvio, también les ayudaría quererse un poquito más.

Por eso cuando duran un tiempo sin pareja, se sienten solas y vacías, y mientras no aparezca aquel sujeto fabuloso, ellas seguirán identificándose como seres quebrados a la espera del tipo que una todas sus partes como si fuera un rompecabezas.

Las épocas de sequía:

El estar dentro del grupo de las nuevas solteras no significa odiar o renegar del amor, solo que no se manifiesta como una necesidad apremiante.

Hay muchas mujeres estables y sin mayores rollos que en determinados períodos de sus vidas desean disfrutar de una buena compañía, ya sea de manera temporal o en ciertos casos están en búsqueda de algo serio. Ellas no esperan que otro les baje la luna pues lo hacen solitas sin ayuda, no obstante su independencia no choca con el deseo de sentirse queridas,  tienen un amor propio fortalecido y también mucho cariño para dar a otros.  Y es que no nos digamos mentiras, pues un amor bonito nos alegra la vida hasta el punto de cambiar nuestro genio, de hacernos brillar los ojos, y sacar sonrisas estúpidas en medio de un tráfico horrible, pues se siente bien estar con un hombre especial que nos expresa su entusiasmo y su deseo. Cuando una relación de pareja es ecuánime, puede ser muy placentera, porque se construye con afecto, confianza, respeto y buena comunicación. Y eso es lo que anhelan muchas féminas del planeta, y no está mal quererlo, solo que debe entenderse desde una perspectiva madura.

Pero a veces por diversas circunstancias del momento, no es sencillo encontrar a alguien que tenga los mismos valores e igual intensidad en los sentimientos, entonces se prolonga por tiempo indefinido el verano y la sequía, que por cierto vienen acompañados con las típicas preguntas existenciales, que se mezclan con la presión social, con la mitología del caballero de armadura brillante y demás pensamientos recurrentes que se alborotan en aquellos días donde la cama se ve más grande que lo usual.

Si bien no somos pescados y a algunas si les gusta montar en bicicleta, por más verracas e independientes que nos consideremos, la verdad es que no somos de palo, ni tampoco robots,  y a veces si se extrañan las cosas chéveres de estar con una pareja, y no es ningún pecado o debilidad reconocerlo, lo que si es aburridor es armar el drama y creer que necesitamos de alguien para ser plenas y dichosas. Nadie, absolutamente nadie puede decirnos como vivir y mucho menos condicionar nuestra felicidad, que es nuestra y por ser nuestra, tenemos el poder de romper con las tradiciones y conceptos que nos jodieron la vida, tenemos el poder para elegir.

 

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Imagen: Friends serie TV

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