Se lo presto si me lo devuelve

Publicado el prestosidevuelve

De la necesidad de tener un blog…

Mis papás no saben que es un blog, cuando les dije que iba a abrir uno en El Espectador me dijeron sin dudarlo que iban a salir a comprar el periódico inmediatamente les avisara que había publicado mi primer artículo.

Sin embargo, el tema de saber o no qué es un blog, no es algo generacional. En las clases que dicto para comunicación social, más de un primíparo no tiene idea de qué le hablo cuando menciono esa palabra. La ignoran, creen que no es relevante, pero luego cuando les pido leer algunos blogs o abrir uno, me preguntan qué es como si no les hubiera mencionado jamás esa palabra. A ellos la duda les llega cuando necesitan resolverla para poder hacer algo. No es por curiosidad.

Un blog es pues, para muchos, una palabra extraña, desconocida. Para otros, en cambio, es un lugar, no lugar… en el que, luego de analizar la poca oferta de periódicos sin censura que hay en el país, se pueden expresar las opiniones sin autocensurarse o creer que luego se recibirá una aceptación a una solicitud de renuncia jamás escrita.

Decidí abrir un blog por varias razones y sin duda la primera y más importante es la que cita el primer principio de la comunicación política y que dice que hablen bien o hablen mal, es bueno que se hable sobre uno. Si escribo en un blog de un periódico nacional, seguramente tendré visitas, críticas, seguidores y eso, sin duda, me va a dar el gusto de cumplir ese primer objetivo.

La segunda razón es más personal y tiene que ver justamente con un personaje que conocí en mi práctica profesional y que, luego de yo haber pasado toda mi vida creyendo que escribía, me impuso un estilo cuadriculado de narrar y frustró por varios años mi ideal como periodista.

De ahí en adelante las razones son varias: desde desahogo hasta una búsqueda de estilo, pasando por opiniones que jamás escribo y pensando hasta en la disciplina que me dará tener que escribir con una frecuencia para poder cumplir con mi blog. La verdad es que si psicólogos, amas de casa y empresarios escriben libros de superación y son exitosos, no veo por qué no escribir yo y encontrar un target al que le interese saber la opinión mía.

Se lo presto si me lo devuelve es una decisión. Una necesidad de querer escribir más que 140 caracteres y dejar Twitter sólo para enunciar títulos o pequeñas opiniones. No quiero acostumbrarme a escribir corto como los adolescentes de hoy en día que no escriben “por” sino “x” y cambian de mayúscula a minúscula sin compasión sólo para darle imagen a dos palabras que no significan nada.

De libros, de películas, de los políticos que se salen de los libros y de las películas. Se hablará de ellos… de todo, sin duda.

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