República de colores

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Los hostales para extranjeros se 'petronizan'

Una mezcla de gente amable, sabor, baile y música que contagia alegría, fue lo que atrajo a personas desde países lejanos para visitar la ciudad que del 10 al 16 de agosto estuvo atrapada por el ritmo del pacífico.

Por Leidy Oliveros Múnera, reportera del Diario del Petronio.

Escucharon un bello canto del pacífico, y no dudaron en voltear a mirar y es que a eso viajaron. Los australianos María Paula, Steven Carrier y Juliana Contreras, son solo tres de los aproximadamente 5.000 visitantes extranjeros que vinieron para nutrirse de la cultura del Pacífico en temporada de Petronio.

Quisieron conocer las raíces colombianas para así implementarlo en “La descarga”, grupo de danza folclórica de su país. Ellos aseguran que “viajar exclusivamente por las fechas del Petronio vale la pena”

Los extranjeros viajaron para permearse de sabor, de ritmo, para darle gusto a su paladar con la rica comida de mar y las bebidas que tanto llaman la atención por sus nombres.

Vinieron a ‘petronizarse’, así lo asegura Stephanie, quien viajó desde Estados Unidos e invitó a dos amigas para que conocieran el Festival.

Hostel Pájara Pinta y El Viajero

Es por esto que los 15 hostales ‘legales’ que se ubican en San Antonio y otros tantos que no tienen el Registro Nacional de Turismo, abren sus puertas para recibir a extranjeros y colombianos por igual, pues Bogotá y Medellín tampoco se pierden de esta fiesta.

Con mochila al hombro por la época donde la música del pacífico se traslada a la capital de la Salsa viajaron estadounidenses, franceses, holandeses, españoles y otros más, para gozarse este evento, reservando habitaciones desde hace 1 año, porque sabían que para temporada de Petronio, hostales como Casa Café, El Viajero (foto, der), La Posada de San Antonio, Camaleón, Pájara Pinta (foto, izq) y Ruta Sur están totalmente copados.

“Todos llegan graneaditos; la mayoría llegan el 14 o 15 de agosto, que son los días donde más se vive la fiesta del Pacífico”, comenta Eva López, administradora de Ruta Sur.

“Por fechas de Petronio es como si se viviera una feria de Cali”, dice la dueña de Camaleón y es en lo que casi todos coinciden, pues los propietarios de los hostales pueden asegurar su estabilidad económica durante una semana, debido a que no hay ningún día en que las habitaciones estén vacías.

Algunos extranjeros “prefieren quedarse en dormitorios compartidos para conocer otras culturas; en estos les toca compartir baño; otros prefieren habitaciones simples para dormir independientes con su pareja”, asegura Paola Lennis, dueña de Casa Café, hostal que tiene 9 habitaciones con capacidad para 20 personas.

Mientras que la posada de San Antonio cuenta con 8 habitaciones dobles, 4 sencillas, “se pueden organizar hasta 30 personas, todo es como ellos lo deseen, se pueden armar camarotes”, explica Julián Rebolledo, colaborador del hostal.

Y aunque es una fecha de música alegre, los hostales tienen límites para el ruido. “Se tienen normas de convivencia, en la mayoría no se permite la rumba o el remate después de las 12. La fiesta está afuera”, comenta Lina, administradora de El Viajero.

En el sector de San Antonio también hay temporada alta y baja. En período de Petronio “se hace un pequeño incremento, pero no elevamos tanto la tarifa, tampoco es que uno se vaya a hacer en una semana lo que no se hizo en un mes”, afirma Paola Lennis, dueña de Casa Café.

En la mayoría de los hostales, la tarifa para la temporada incrementa por noche entre 5mil y 10mil pesos dependiendo del dormitorio, es decir que una noche puede estar costando entre 20.000 y 126.000 pesos.

Los extranjeros no se gozan solos ésta fiesta, lo hacen junto a los propietarios. ‘La riqueza de Cali es la calidez de la gente’, comentan los dueños de los hostales.

“Cuando los acompañamos al Petronio es maravilloso porque a todo el mundo les llama la atención, por el aspecto físico ven que no son de aquí, entonces quieren compartir un arrechón, un viche, les enseñan a bailar, quieren contagiarlos de su cultura”, afirma Paula, quien lleva 8 años en el mercado y dice que cada año ha ido aumentando.

Es una semana donde la mayoría de sus clientes viene precisamente a vivir la fiesta de color con más sabor.

Para los propietarios de los hostales, El Petronio es lo ideal, pues el extranjero puede venir y tener una experiencia buena; rumbear, festejar y no correr ningún peligro. Lo dicen porque los propios extranjeros comentan que es un festival súper tranquilo y relajado.

Algunos viajaron 17 horas, otros más, otros menos, todo para gozarse la versión número 19 del Festival Petronio Álvarez que este año prometió que su sangre vibrara con la raza que tiene más ritmo y sabor.

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