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Los peligros máximos de la dosis mínima

Hace unos días en La W Radio un oyente llamó para opinar acerca del tema del día y contó la desgarradora historia que vive con su hijo que está sumido en las drogas. Con la voz entrecortada narra la tragedia de ver a su hijo adicto y a pesar que ha hecho todo lo humanamente posible para sacarlo de las drogas, ha sido imposible.  Si no lo ha escuchado, de clic aquí.

Historias como las que vive Carlos y su familia se escuchan a diario. Jóvenes que tenían una vida normal y un día la probaron de forma “recreativa” y les quedo gustando hasta perder el norte.

Emilio* tenía 18 años, algunos problemas familiares, una vida relativamente normal. Un día termino con la novia con la que llevaba dos años y en una fiesta con amigos, como para que dejara la “tusa” probo marihuana. Y quedo encantado. Al poco tiempo volvió con la novia, pero esa sensación placentera con la droga fue más importante que todo. Un día su mamá lo vio robándole dinero para comprar droga, luego de discusiones, de promesas de no volverlo a hacer, terminó yéndose de la casa, terminó casi en la indigencia, haciendo cosas inimaginables para comprar droga.

Álvaro* era medico recién graduado, vivía con su mamá y era consumidor de droga de vez en cuando… No consiguió empleo rápidamente y la desesperación lo llevo a refugiarse en consumir cada vez más seguido para librar el estrés del desempleo. Un día se fue con unos amigos a un barrio para conseguir droga y no volvió a salir.

Camila* 21 años, vendía en la universidad golosinas para pagar su trasporte. Un día le ofrecieron vender droga y varias clases de pastillas en la universidad, con una muy buena ganancia. Su mamá cuenta que le llegaban los pedidos de “golosinas” a la casa. Ella dejaba el dinero en un sobre cerrado y llegaban muchachos “muy formales” en muy buenos carros a dejarle el pedido. Su mamá nunca sospechó nada. Su novio al ver en lo que estaba le dijo que eso no estaba bien, que no se metiera en eso, que cuántas vidas estaría dañando con esas ventas. Pero como estaba ganando tanto dinero no quiso dejarlo. Su novio decidió terminar con ella. Un día Liliana, una compañera de la universidad que era asidua cliente no volvió, había muerto por una sobredosis. Ella le había vendido las pastillas.

Santiago* 35 años, economista de profesión, casado, con un hijo de 3 años. Un día en una fiesta con amigos del trabajo la fumó por primera vez y luego de vez en cuando y después todos los días. Él podía costearse la droga tranquilamente, pero comenzó a tener problemas de comportamiento, a buscar cada vez más sustancias y pastillas, que le brindaran placer y su vida como la conocía se derrumbó. Hoy está internado por segunda vez intentando dejar la adicción.

(*) Nombres cambiados por petición de las fuentes.

Hace unos días en medio de la polémica por la dosis mínima, vi en twitter unas acertadas preguntas del médico @CamiloParadaG

¿Cuántos adictos querían volverse adictos cuando probaron por primera vez su “dosis personal”? Ninguno. ¿Cuántos pensaron que a ellos no les pasaría y que podían vencer la curiosidad? Todos. ¿Cuántos comenzaron con la “inofensiva” marihuana? Probablemente la gran mayoría.

Todos los seres humanos somos vulnerables, no sabemos cuándo algo nos va a hacer perder el norte. Además si nacemos libres ¿qué sentido tiene elegir algo que nos mantenga atrapados?

En torno al tema de la dosis mínima conversando con el doctor Alexander Torres, psicólogo clínico especialista en este tema de adicciones, le hice unas preguntas que parecerían obvias, pero es un experto en el tema, quien día a día trata con adictos,  quien mejor puede responderlas:

¿Una persona puede probar la droga y tener la certeza que no se va a convertir en drogadicto?

Doctor Torres: Andrea, a mi me llegan cientos de pacientes que la han probado y no han salido. El porcentaje es muy alto en quedarse metido en ella. Y todo depende de muchos factores. Hay gente que la prueban socialmente y de pronto tuvo una depresión y sintió que eso le ayudó y la sigue probando ya no una vez cada tres meses, sino cada fin de semana, o que por la noche cuando llega cansado y deprimido del trabajo y así comienza. El porcentaje es muy alto en quedarse en la droga. El problema es que la marihuana puede afectar de muchas maneras y que sea la puerta para drogas más fuertes como puede pasar. Al consumir drogas hay una afectación neuronal, que puede repercutir en la memoria, en enfermedades psiquiátricas. Hace algunos meses tuve un paciente que ya estaba intoxicado de las altas dosis que fumaba y estaba presentando un delirio de persecución. Tuvo un episodio de ansiedad muy grande, no podía comer, ni dormir, nada. Hay drogas como el bazuco que son muy difíciles. Últimamente me llegan pacientes muy jóvenes que han consumido una droga que se llama Tusi Be, que es una droga sintética rosada, que es la droga más pura y más cara que hay en el mercado… esto lo prueban y ha sido muy difícil que salgan de ahí.

¿Las drogas y el alcohol es lo mismo? ¿Es decir son igualmente adictivas?

Doctor Torres: La diferencia para mí entre la droga y el alcohol, es que a las drogas si le hacen mala fama, pero el trago es patrocinado en medios de comunicación, tiene publicidad y la gente no lo ve tan malo, pero es igual. He tenido pacientes que han perdido todo por el alcohol, han terminado con problemas mentales, que han perdido su casa, su familia, su empleo por el trago. Son iguales de malas. Sino que una en el contexto social, es la cultura que no lo hace ver malo.
El problema de las drogas es que puede llevar cada vez a una más fuerte, el bazuco o la cocaína si pueden ser mucho más graves que el alcohol, en el sentido que para que pierdas el control con el alcohol tienes que tomar mucho, mientras que con uno solo que se fume de bazuco queda la persona en un estado delicado.

Teniendo en cuenta que usted atiende a tantas personas con adicciones, ¿qué opina de la dosis mínima?

Doctor Torres: Permitir la dosis mínima lo único que va a ocasionar es que cada vez todo nuestro problema social este peor. Restringirlo creo que es lo mejor. Obvio, la gente nunca va a restringir el alcohol por lo mismo, porque es aceptado socialmente. Pero si logramos que un niño nunca llegue a probar la droga creo que mejoraríamos mucho el problema social.

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