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Cuidar

Poinsettias

Los primeros días de diciembre mi hermana me regaló una Poinsettia, la planta de navidad. Había escuchado que esa matica solo se daba en esta época, pero más que nada por tradición, ya que puede florecer todos los días del año. Recordé que mi mamá un diciembre tuvo una y le duró hasta agosto del siguiente año.

Decidida a que esta mata me durara todo el nuevo año, busqué en internet cómo cuidarla. Debía regarla cada 8 días. Ponerla en un lugar donde le diera la luz del día pero no el sol directamente, entre otros cuidados. Todos los días la saludaba y le agradecía su presencia en mi casa. La matica creció rápidamente, dio muchas flores y yo estaba encantada.

El 2 de enero comenzaron sus hojas a ponerse amarillas. Cada día aparecían sobre la mesa algunas hojas secas. Volví a buscar en internet qué hacer en ese caso para salvar la matica. Hice todo lo que decía, pero nada parece funcionar. Llegó el momento de aceptar que la matica está terminando su ciclo de vida. Ya solo tiene una hojita roja y las dos que le quedaban verdes, se están poniendo amarillas.

Cuando no se puede curar, se puede acompañar hasta el final. Así que todos estos días continúo hablándole, le sigo agradeciendo su presencia y lo feliz que me hizo todo el mes de diciembre, que celebré con emoción cada que le salía una hojita y aun la sigo regando y lo seguiré haciendo hasta que caiga su última hojita.

Lo mismo pasa con la vida. Quienes hemos tenidos seres queridos que han sufrido enfermedades difíciles y cuando su final es inevitable, la compañía y el cuidado es lo que siempre debe prevalecer.

Alguna vez le escuché a alguien decir: “Curar a veces, aliviar a menudo, acompañar siempre”. ¡Qué frase tan linda! y si uno la lee con el corazón, se da cuenta que esa frase no solo aplica para las enfermedades ni problemas de salud sino que aplica para todas las relaciones humanas. Siempre se puede hacer algo por alguien.

Este diciembre que acaba de terminar seguí con detenimiento las celebraciones de las unidades de cuidados paliativos. Médicos, Psicólogos, Trabajadores Sociales, Enfermeras, voluntarios, entre otros, hacían novenas y celebraciones navideñas para los pacientes y sus familias. Me pareció hermoso ver como los pacientes, pese a su difícil situación sonreían y pasaban momentos de alegría con sus familias, dejando de lado la enfermedad.   Al igual que mi matica, no importa que se esté acabando el tiempo, lo que de verdad importa es estar acompañándolos hasta el final.

El Centró médico Imbanaco y la Fundación Valle de Lili en Cali; el SES Hospital de Caldas, en Manizales; la Unidad de Cuidados Paliativos Presentes en Bogotá; Ami Pallium Colombia en Fusagasugá, dedicaron los días de diciembre para sorprender a pacientes y familias, cantar juntos, darle gusto a los pacientes que pudieran probar algunos antojos y lo más importante acompañarlos y demostrarles que no están solos.

Aquella frase de Cicely Saunders, pionera de los Cuidados Paliativos, “Importas porque eres tú, hasta el último momento de tu vida”

Agradezco a la Asociación de Cuidados Paliativos de Colombia (ASOCUPAC) por las fotografías.

Que este sea un año para acompañar.     Al final al recordar los momentos más importantes de la vida,  uno solo recuerda las personas que rodearon esos momentos.

Feliz 2019

En twitter: @AndreaVillate

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